En otra noche histórica, Sportivo se tomó revancha con una actuación sobresaliente

En el segundo clásico de San Salvador en el Prefederal de básquet, Sportivo no dejó dudas y vapuleó a Ferro por 82 a 60, en partido disputado en la noche del domingo ante una multitud que llenó el “Corralito” de calle Teniente Gutiérrez, como en las mejores épocas.

El celeste tuvo una actitud motivadora desde el principio para manejar el juego con autoridad y prácticamente dejar sin respuestas su rival, que estuvo lejos de lo hecho en el triunfo que había obtenido el viernes en su cancha.

En el primer cuarto ya había establecido diferencias con un juego rápido en ofensiva y una defensa asfixiante, cerrándole todos los caminos a Ferro. Desde un principio, Ortíz y Madera tomaron la responsabilidad de llevar al celeste adelante, sumado al buen trabajo de la dupla Raggi-Luna y el aporte de Bravo cuando le tocó entrar.

En el último cuarto, donde Melchiori (lesionado) miró el partido desde el banco, Sportivo con enorme confianza en sus jugadores continuó estirando la distancia en base al juego de Ortíz que la metía de afuera o incursionando en la zona pintada. Ferro ya se había quedado sin respuestas a falta de 4 minutos cuando se podía presagiar que Sportivo se llevaría el triunfo de manera contundente. A poco del final se fue expulsado Sangoy en Ferro.

Victoria para el celeste que jugó su mejor partido en el Prefederal ante su clásico rival, mostrando su mejor versión ante una multitud de las dos parcialidades que no dejaron espacio vacío en todo el estadio. La fiesta para Sportivo fue completa, haciendo recordar las épocas doradas en la Liga.

Madera fue el jugador de la cancha con una valoración de 23 puntos, seguido por Ortiz, quienes marcaron el camino de la victoria.

 

SÍNTESIS

SPOTIVO 82: Arroniz 7, Rosso 6, Fernández 0, Ortíz 25, Giudici 11, Luna 4, Madera 15, Bravo 5, Silvestrini 0, Raggi 7, Barreto 2. DT: Cali Pérez.

FERRO 60: Jalil 10, Challio, Hergert 9, Escalada 12, Melchiori 2, Gerard 9, Sangoy 6, Arralde 12.

 

Fernando Rodriguez. Fotos: Horacio Roldán