Empresa familiar: “No es lo mismo ser accionista que heredero”

La experiencia de la familia Nordheimer, integrante de la red CREA, que apostó por organizarse y desarrollar una cultura corporativa para que su empresa pueda trascender de una generación a la siguiente.

En 2004, luego de trabajar en el área de marketing de una importante organización deportiva, Federico Nordheimer fue convocado por su padre, Pedro, fundador de la inmobiliaria rural homónima, para sumarse a la empresa familiar, que cuenta con un campo mixto ubicado en la localidad bonaerense de Cañuelas.

“Hasta el año 2018 yo administraba el campo en los ratos libres que me dejaba la empresa inmobiliaria, que representa la principal fuente de ingresos de la empresa familiar. Entonces, me pareció que era el momento adecuado para comenzar a ordenarnos”, contó Federico a la revista CREA, asociación a la que se sumó en el año 2010, como integrante del CREA Lezama (región Sudeste).

Formar parte de la red CREA, además de contribuir a ordenar y sistematizar los procesos presentes en la empresa agropecuaria –dedicada a la cría, recría y agricultura–, ayudó a la familia Nordheimer a comprender la importancia de la organización de la empresa familiar.

“El grupo nos hizo evolucionar de una manera impresionante, porque si bien mi padre gestionaba bien el establecimiento desde 1983, lo hacía de manera intuitiva, no llevaba registros de muchos indicadores clave”, recuerda Federico.

Junto a sus dos hermanos, decidieron contratar a un consultor en empresa familiar para confeccionar un protocolo en el cual se establecieran normas de funcionamiento.

“El proceso se extendió por unos 10 meses y logramos determinar las pautas de distribución de dividendos, contrataciones y asignación de recursos, entre otros ítems, lo que nos permitió trabajar en un marco determinado establecido por consenso”, contó el empresario.

“Definimos también la visión y la misión de la empresa, además de escribir la historia de nuestro padre, que fue su fundador, de manera tal de crear un registro de los valores fundacionales, algo que consideramos especialmente importante para las futuras generaciones”, añadió.

Una de las cuestiones que se evidenciaron durante el proceso de organización de la familia empresaria fue la necesidad de profesionalizar la gestión del establecimiento agropecuario, para lo cual contrataron a un administrador.

“No es conveniente ni rentable hacer las cosas a medias: uno debe dedicar su tiempo y energía a aquello que sabe hacer bien; si no se tienen determinadas competencias, entonces es necesario contratarlas”, afirmó Federico, quien sigue concurriendo a las reuniones CREA, junto con al administrador del campo, para mantenerse actualizado acerca de la situación del negocio agropecuario, lo que constituye un insumo clave para la actividad inmobiliaria.

El proceso derivó en la constitución de un directorio integrado por los tres hermanos y por Pedro, el cual se reúne una vez cada dos meses para evaluar la situación de la empresa y tomar decisiones estratégicas. Federico es el único de los hermanos que trabaja a tiempo completo en la empresa familiar, mientras que otro es vendedor a tiempo parcial (tiene además otras actividades) y el tercero reside en el exterior.

“El hecho de ordenarnos nos permitió crecer mucho a todos, ahora puedo dedicarme en un 100% a gerenciar la empresa inmobiliaria, mientras que mis hermanos, además de estar completamente involucrados en la marcha de la empresa, pueden aportar sus conocimientos para enriquecer la gestión”, comenta Federico.

“Del mismo modo en que el CREA resultó fundamental para sistematizar la recolección y el procesamiento de los datos relevantes del establecimiento agropecuario, otro tanto sucedió con las reuniones bimestrales de directorio, para las cuales tengo que elaborar un informe que refleje la situación y perspectiva del negocio, lo que contribuye a transparentar y ordenar la empresa”, agrega.

La organización societaria resultó clave para afrontar la actual coyuntura: la actividad inmobiliaria no se encuentra precisamente en su mejor momento, dado que, si bien los precios de los granos subieron mucho en el último año, la evolución del factor político argentino es un condicionante que no puede ser soslayado al momento de realizar una inversión tan significativa.

“La organización es importante no sólo para sentar las bases del crecimiento de las empresas, sino también para resolver las diferentes cuestiones que pueden aparecer a medida que las familias evolucionan. No es lo mismo ser accionista de una empresa que heredero de una porción de un campo”, asegura el empresario.

“Quiero destacar la importancia de formarnos como accionistas y directores de empresa; en general, no tenemos esa cultura, pero es necesario adquirirla o desarrollarla si queremos contar con empresas que puedan trascender de una generación a la siguiente”, concluye Federico.