El  “Pulga” Mouliá se preguntó si hacía falta una autovía en Ruta 18 y afirmó que a “Bordet no le importa la producción”

José Eduardo Mouliá–“Pulga” es su apodo–, ostenta un récord difícil de igualar en Entre Ríos: fue funcionario de cuatro gobiernos y tres gobernadores, además de formar parte de dos administraciones nacionales y una municipal. Y, sobre todo, es un hombre que conoce, acaso como pocos, los sectores productivos de la provincia y todos los recovecos de los caminos para poder exportar.

En declaraciones a un medio provincial se preguntó si ¿Hacía falta hacer autovía a la ruta 18? Yo voy a cada rato a Concordia, y cruzo 30 o 40 autos, no más. La hubiesen ampliado y hecho más segura, nada más, y con el resto de la plata hubiesen asfaltado o enripiado los caminos de la producción, que es lo que se necesita, para que los productores puedan sacar tranquilos los granos, la leche y la fruta.

SU PASO POR LA ADMINISTRACION PROVINCIAL
Mouliá arrancó en la función pública en 1983 cuando fue convocado por el gobernador Sergio Montiel como director de Citricultura; después, desde 1987 a 1991, formó parte de la gestión de Jorge Busti; lo mismo sucedió con Mario Moine entre 1991y 1995; y continuó entre 1995 y 1999, durante el segundo mandato de Busti, como secretario de la Producción.

Más tarde formó parte de los gobiernos nacionales de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner, hasta su renuncia en 2005 por, confiesa ahora, discrepancias con la política agropecuaria del kirchnerismo. Su último paso por la gestión pública fue en 2019, en el tramo final del gobierno municipal de Sergio Varisco.

Campechano y verborrágico, el concordiense “Pulga” Mouliá –hijo del recordado “Talalo” Mouliá– habló con Danilo Lima, de Dos Florines, y no dejó tema sin tocar. Hizo un repaso de su tarea como funcionario, contó cuál fue su “secreto” para trabajar con tres mandatarios tan distintos, criticó al gobernador Gustavo Bordet y ponderó al ex ministro del Interior, Rogelio Frigerio, a quien recibió en su casa la semana pasada.

Sentido común

– ¿Fuiste uno de los dos mejores secretarios de la Producción de la provincia?
– No sé. Eso lo tienen que evaluar los sectores productivos porque hubo muchos secretarios y ministros de la Producción.
Lo que sí sé, porque Daniel Welschen es mi amigo y lo respeto mucho, es que él y yo fuimos los únicos que aplicamos el sentido común y somos los que más queremos la producción, porque dentro o fuera del gobierno siempre nos ocupamos de la producción.
Esa es la gran diferencia con otros que han estado en los distintos gobiernos. Hay mucha gente que ocupa una función pública y le da lo mismo ser ministro de Economía, o de Producción, o de Salud. Usan la famosa frase “estoy a disposición de lo que el gobernador ordene”.
Daniel Welschen y yo, que hemos rechazado lugares que nos han ofrecido, sólo ocupamos puestos en las áreas que sabemos y queremos como es la producción, si no seguimos en la actividad privada.

– ¿Cuál fue el secreto para trabajar con tres gobernadores tan disímiles como Montiel, Busti y Moine?
– Primero hacerles entender que uno llegaba al gobierno para hacer las cosas en beneficio de la producción, porque tuve algunas rispideces –no es necesario dar nombres–, pero siempre dije que no se hicieran problemas y me dejaran trabajar. Que los iba a llamar una vez por mes a que se sentaran con los sectores productivos y que los iban a aplaudir, pero que el “gobernador de la producción” era yo. Esto es absolutamente real.
Y, además, siempre busqué el apoyo de los sectores productivos con el objetivo de trabajar en conjunto con el gobierno, a favor de la provincia. Algo que hoy no existe más porque los sectores productivos y el Gobierno, lamentablemente, están en las antípodas.
Con Welschen, conmigo, con algún otro ministro de la Producción, no existían los pedidos de audiencia. Los sectores productivos llamaban, acordábamos un día para reunirnos y nos juntábamos.
Como me gusta el comercio exterior, salimos a golpear las puertas del mundo para que los productos entrerrianos fueran valorados y que vinieran a comprarlos.
Esa era nuestra manera de trabajar. Siempre cerca de los sectores productivos, tratando de abrirles puertas para que pudieran exportar aprovechando mis contactos con embajadores y agregados comerciales.
Es increíble, pero hoy, por ejemplo, el campo, que es quien te está dando de comer y tratando de ayudar para salir adelante, sea el enemigo y lo quieras matar. ¡Esto no es una guerra!

– ¿Puede sostenerse un país cuando el Gobierno y los sectores privados, que producen –de los que vive el Estado–, se encuentran en posiciones tan enfrentadas?
– Esto es insostenible. Cada vez que en el Gobierno hablan de las corporaciones lo único que hacen es fundir a una pyme, a los pequeños y medianos productores.
Mirá: estuve cuatro años yendo y viniendo a Venezuela, porque en la actividad privada, con mi amigo Claudio Lemesoff, estuvimos armando una fábrica, y quiénes terminaron fundiéndose en Venezuela: los pequeños y medianos productores y empresarios. Porque los grandes se fueron todos a Miami o a España. Y hoy Venezuela es un país arruinado por completo.
El Gobierno debe entender que la Argentina es un país agroindustrial. Hablan de la oligarquía y yo me pregunto cuántos productores de más de 3.000 hectáreas quedan en Entre Ríos. Creo que esta gente tiene que cambiar el rumbo.
Los gobiernos –no importa si es el de Alberto Fernández, de Mauricio Macri o de Cristina Kirchner– son unos atrevidos cuando hablan mal del que trabaja y produce, que es el que les da de comer y les paga los sueldos. Si esto no se entiende, vamos a seguir mal.

– ¿A qué atribuís que el gobernador Gustavo Bordet no reciba a la Mesa de Enlace, después de tantos pedidos de audiencia?
– A Bordet no le importa la producción. ¡No le importa!

– Pero a Juan José Bahillo, el ministro de Producción, sí…
– No sé si a Bahillo le importa la producción.
Bordet, Bahillo, el ministro de Economía, van a demostrar que les importa la producción cuando reciban en forma permanente a los sectores productivos.
Un gobernador, sea Bordet o cualquier otro, y más en tiempos como los actuales, tiene que estar todas las semanas sentado a una mesa con la producción, analizando todos los temas.
Bordet, con barbijo o sin barbijo, como quiera, tiene que atender al Consejo Empresario, a la Unión Industrial, a la Mesa de Enlace, a todos los sectores productivos.
Y también saber dirigir bien los fondos públicos. ¿Hacía falta hacer autovía a la ruta 18? Yo voy a cada rato a Concordia, y cruzo 30 o 40 autos, no más. La hubiesen ampliado y hecho más segura, nada más, y con el resto de la plata hubiesen asfaltado o enripiado los caminos de la producción, que es lo que se necesita, para que los productores puedan sacar tranquilos los granos, la leche y la fruta. Fuente: Dos Florines – Danilo Lima