El Pato Viganoni, el folklorista que le pone la voz a las causas justas

Esta noche presentará en el Teatro Gualeguaychú “La Trompeta”, su último disco, un abanico de canciones que exploran los avatares de la realidad, abordándola así desde lo artístico y también desde lo social. Además, tocará lo mejor de su repertorio y los grandes temas que marcaron su vida.

Desde Concepción del Uruguay, la estruendosa voz de Danilo “El Pato” Viganoni entona las notas más emotivas para darle vida a un collage de historias cotidianas, familiares y diversas, algunas de ellas tocando una fibra sensible en el alma debido a la innegable crueldad en las que muchas veces se envuelva la realidad. De esta manera, con su guitarra a cuesta, poco a poco este músico se va constituyendo en uno de los exponentes del folklore entrerriano, donde su paso por diferentes escenarios deja una huella perdurable.

Hoy por la noche, El Pato tendrá una cita con los amantes de la música y el folklore en la ciudad: a las 21.30 subirá al escenario del Teatro Gualeguaychú, donde repasará las canciones de su último disco, La Trompeta, y repasará lo mejor de su repertorio, donde se mezcla su crítica social con los avatares de su vida personal.

“Una de mis grandes influencias fue el músico y cantautor uruguayo Pablo Estramín, cuya carrera siempre estuvo ligada con lo social. Fue entonces cuando comencé a ver que hay un montón de situaciones y hechos para contar y hay mucho por hacer en ese terreno. La canción es un modo de arte muy fuerte, con mucha llegada, por lo tanto es un buen medio para generar conciencia o denunciar hechos cotidianos”, afirma Viganoni en una charla con ElDía en la previa de su show en Gualeguaychú.

Los temas que interpreta van de un lado a otro, desde “6 de enero”, una camción que habla sobre los Reyes Magos, hasta “La Vida de Magdalena”, que cuenta la historia de chica que mendiga en la calle. También habla sobre el flagelo de las drogas (“Están haciendo mierda a nuestros gurises”, despotrica con bronca), pero también a su padre y a su rol de abuelo. También aborda sus amores y sus separaciones, pero sin dramatizar en lo más mínimo (“Creo que más del 80% de las parejas se separan, y por eso no hay que hacer tanto escándalo al respecto. Me separo y me vuelvo a enamorar, pero no por eso voy a tener una mala relación con la que era mi mujer”).

Pero sin dudas, una de las historias más atractivas y al mismo tiempo mágica es la que interpreta en el tema que le da nombre a su último disco: “’La Trompeta’ es una historia maravillosa. Habla sobre lo que vivió Omar René Tabarez, un soldado que cuando peleó en la Guerra de Malvinas llevó consigo el instrumento, y cuando lo toman como prisionero su trompeta quedó en manos de Tony Banks, un paracaidista escocés. Pasaron los años, y el veterano de Escocia un día decide que hizo mal en quedarse con la trompeta porque no es un trofeo de guerra, entonces comenzó la búsqueda del dueño original para devolverla. Y 28 años más tarde, Banks se le apareció en la casa a Tabarez y le hizo entrega del mismo, cerrando así un episodio que marcó la vida de ambos”, describe el Pato, con una evidente emoción en la voz al relatar la historia.

Antes de su presentación en Gualeguaychú, Viganoni tuvo un aclamado paso por el Teatro Odeón de Concordia, donde cantó en los festejos del 25 de Mayo organizados por la ciudad entrerriana. Compartió escenario con el Ballet del Instituto Orange Jazz, el Ballet Municipal Renovando Sueños, el reconocido conjunto Canto Nuestro y su performance fue la antesala del cierre de la noche: la Banda del Regimiento de Caballería Tanque 6 “Blandengues”, con una exquisita interpretación del Himno Nacional Argentino.

“Estamos presentando un espectáculo dinámico, diverso, con todo lo mencionado sobre lo social pero sin dejar de lado lo divertido. La música es un arte maravilloso, que engloba las sensaciones más francas, emotivas y bellas. Esta noche, en el Teatro Gualeguaychú, viviremos un momento muy lindo y agradable, y los que vayan no se van a arrepentir”, invita El Pato, especialmente a todos los melómanos de la ciudad.