El prelado cumplirá el próximo 10 de febrero los 75 años de vida, completando casi 50 años de pastoreo religioso. En ese marco, ya anticipó a varios religiosos y laicos que su deseo es no seguir al frente de la iglesia católica local.
Monseñor Luis Armando Collazuol nació en Rosario, provincia de Santa Fe, el 10 de febrero de 1948; fue ordenado sacerdote el 29 de septiembre de 1974 en la catedral rosarina; elegido obispo titular de Elo y auxiliar de Rosario el 31 de diciembre de 1997 y recibió la ordenación episcopal el 27 de marzo de 1998. Como docente, fue profesor de Teología en el Seminario Arquidiocesano de Rosario.
Fue trasladado como obispo de Concordia el 21 de julio de 2004 y tomó posesión de esta diócesis en octubre de ese mismo año, reemplazando al trasladado monseñor Héctor Sabatino Cardelli, quien tuvo una recordada gestión, con una activa participación en diversas cuestiones y problemáticas que excedían lo estrictamente religioso. Una postura que incluso lo llevó a tomar posiciones públicas que incomodaron a las autoridades políticas de entonces.
Collazuol se caracterizó por tener un perfil mucho más bajo, limitándose casi estrictamente a lo litúrgico, con excepciones como su intervención en el levantamiento policial del año 2013, o cuando en el año 2018 criticó el protocolo de Salud Pública, mediante el cual -en el hospital Masvernat- se le practicó un aborto a una menor que había quedado embarazada tras una violación.
Más cerca en el tiempo, recientemente llamó la atención que no acompañara públicamente una carta escrita por varios sacerdotes de Concordia, donde los curas hicieron pública su preocupación ante la creciente ola de hechos violentos en la capital del citrus.
Monseñor Collazuol es el cuarto obispo de Concordia. Los anteriores fueron Mons. Ricardo Rösch (1961-1976), monseñor Adolfo Gerstner (1977-1998), y monseñor Héctor Sabatino Cardelli (1998-2004).
Tal como se señaló, en febrero de este 2023, Collazuol cumplirá 75 años de edad y el Código de Derecho Canónico es claro en que “al obispo diocesano que haya cumplido 75 años de edad se le ruega que presente la renuncia de su oficio al sumo pontífice, el cual proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias”. En este caso no sería necesario el ruego, ya que el religioso habría anunciado con anticipación el deseo de no seguir en el cargo, según confiaron a Diario Río Uruguay personas de activa participación en la Iglesia Católica. Aunque estas modificaciones de estructura dependen de una serie de órdenes desde el propio Vaticano.
