El modelo exportador que va por las siete cifras

En le mundo pronostican que, de continuar las actuales reglas de juego, Argentina podría vender antes de 2030 un millón de toneladas anuales de carne bovina.

La carne vacuna argentina transita un año paradójico. Mientras el consumo interno está en uno de los registros más bajos de la historia –poco más de 50 kilos por habitante por año–, las exportaciones de carne vacuna están cerca de lograr el mayor volumen de los últimos 60 años.

Sin necesidad de irnos tan lejos en el tiempo, el ritmo actual de embarques mensuales es 3,5 veces superior al que se registraba en 2015.

Como parte de esta tendencia creciente, esta semana el servicio sanitario chino autorizó a tres nuevos frigoríficos cordobeses para que exporten carne vacuna y de cerdo a su mercado.

Antes de fin de año, la industria confía en poder hacer el primer embarque porcino y seguir creciendo en cortes bovinos enfriados y congelados.

Hay que retrotraerse a más de 10 años para ver en la industria frigorífica de la provincia un nivel de comercio exterior tan activo como el actual.

Con esta cadencia, los embarques de carne vacuna podrían cerrar el año cerca de las 800 mil toneladas, lo que ubica a la Argentina como el país del mundo dentro del top ten que más creció en exportaciones en el último año: más de 14 por ciento.

La expansión exportadora que se viene consolidando desde hace cuatro años tiene en el nivel de existencias bovinas un número que da sustentabilidad al modelo.

Al 31 de marzo de 2019, el stock vacuno era de 53.946 millones de cabezas, casi la misma cifra que se verificara 12 meses atrás y que reveló un aumento en la cantidad de novillitos, terneros y terneras, compensado por bajas en vaquillonas, vacas y novillos.

“Es muy probable que el año viene haya una leve disminución del stock o este permanezca igual”, adelantó a Agrovoz Federico Santángelo, socio de la consultora especializada Agroideas.

Precisamente, la consultora que dirigen Santángelo y Fernando Gil siempre consideró que la demanda argentina absorbe la totalidad de la carne faenada y que ajusta por precio. Sin embargo, el mes pasado se comenzó a observar un efecto que hasta ahora no había ocurrido.

A pesar de tener un récord de cabezas faenadas durante el mes con 1,3 millones de cabezas, un valor que no se observaba desde 2009, los precios de la hacienda subieron, según observó Santángelo.

“Esta suba de precios a pesar de la gran oferta de hacienda, con una demanda interna deprimida por la crisis económica, nos marca que la exportación ha comenzado a demandar con firme interés animales que anteriormente se destinaban al mercado interno”, precisa el último informe de la consultora.

¿Efecto derrame?

Los novillitos y las vaquillonas pesadas comenzaron a ser parte de las tropas de faena para el abastecimiento a China.

Esta situación, que hizo que las categorías subieran el mes pasado hasta 20 por ciento su valor, sumada a la incorporación de más frigoríficos al circuito exportador, podría hacer que el productor comience a recibir parte del poder de compra que hoy tiene la industria.

Si bien falta por develar cuál será la política que el próximo gobierno aplicará sobre la cadena de ganados y carne, en el mundo nos auguran un futuro promisorio.

Es que la continuidad de este modelo exportador colocaría a la Argentina como abastecedor de un millón de toneladas de carne vacuna anuales antes de 2030.