Uno de los primeros dirigentes políticos de la ciudad en expresar su repudio al ataque sufrido por la vicepresidenta Cristina Fernández, fue el presidente municipal Lucas Larrarte.
Lo hizo en las redes sociales, donde apuntó que “la permanente incitación al odio que muchos hacen y propagan destruye la convivencia democrática, al tiempo que genera hechos como el de hoy. Indigna y merece el repudio de todos”.
Basta de mensajes de odio político, agregó.
Lo llamativo de la publicación es la cantidad de comentarios de vecinos expresando las disidencias con la posición del intendente Larrarte.
Allí se puede leer:
“Solo cuando el FDT se siente tocado habla de ponerle fin a la violencia. Se victimiza y habla de la necesaria “paz social” y mientras tanto va largando gotitas de desprecio al que piensa distinto.
No vivo de planes ni soy estatal señor Intendente, si no trabajo no cobro así q voy a ir a trabajar igual”.
“Y bueno es la continuación de la guerra civil peronista que empezó en los años 70 y continua hoy con otra generación, no hay q olvidarse q patricia Bullrich era una comandante montonera, Macri era menemista y del otro lado tenemos a los kishneristas. El odio político nace desde la impotencia de la sociedad que ve cada día mas injusticias y menos comida para llevar a la mesa.
a no olvidarse tampoco, de los golpes militares donde participo Perón. Claro, pero eso no era violencia. Todo un circo”.
“¿Indigno y repudio? Los hechos de violencia que se viven día a día en Argentina. Inseguridad desmedida, muerte de inocentes todos los días y no he escuchado de un sólo día que se decrete feriado. Son patéticos”.
“Es lo qué postie en mi face y me mandaron qué borre lo publicado porque me lo blokean
Yo hice un comentario y me lo borraron. Después hablan de violencia.!!! Unos parásitos estos políticos”.
Para agregar a esta situación que es para repudiar desde todo punto de vista, el intendente destacó: “la permanente incitación al odio que muchos hacen y propagan destruye la convivencia democrática…” involucra directamente a la propia vicepresidente, propaladora de la incitación a la confrontación y la violencia cotidiana.