Así lo expresó el presidente designado del INTA, Juan Balbín, en el marco de una visita institucional al Centro Regional Entre Ríos del INTA. Balbín, próximo a asumir la presidencia de INTA, el Vicepresidente Mariano Bosch y el Director Nacional recorrieron las tres Estaciones Experimentales de la provincia, mantuvieron reuniones con el personal de cada unidad y desarrollaron un encuentro con consejeros regionales del CRER. Rescataron el valor del INTA como plataforma territorial, el compromiso de su gente y los desafíos que enfrenta para dar respuestas a las demandas de la agroindustria alineada a la exportación.
Con el objetivo de interiorizarse en el trabajo que INTA viene desarrollando en el interior del país, se desarrolló en Entre Ríos una gira institucional que incluyó la visita a las Estaciones Experimentales de Concordia, Concepción del Uruguay y Paraná, reuniones con los equipos de gestión, con el personal y representantes de los Consejos Locales Asesores y Consejo Regional.
“Sueño con un INTA moderno. Y cuando hablo de INTA, hablo de las personas y su territorialidad”, expresó Juan Balbín, quien en las reuniones con el personal de las tres unidades además ponderó el rol de INTA como soporte técnico y del SENASA como soporte sanitario “que den las bases para permitir oportunidades en el mundo de exportación de infinidad de productos que hoy nos cuesta ver y mercados que hoy no tenemos. Un INTA generando las herramientas para que esos productos tengan sustancia”.
“Como Presidente designado de INTA -manifestó- lo que veo, por un lado, es la realidad del presupuesto, que me ocupa, no me preocupa, y lo estoy tomando como un tema prioritario. Y por otro, lo que me desafía del INTA es cómo aggiornamos hoy una capacidad humana que debe ser prácticamente única a nivel mundial, de personas resolviendo los problemas y resolviendo las limitantes que hoy tiene la agroindustria, como desafío mayor. Y en ese desafío está desde la investigación básica, la investigación aplicada, todo lo que es desarrollo de tecnología y adaptación, y extensión. Cómo hacemos para aggiornanos, para tomar las decisiones en un momento en el que la tecnología cruza transversalmente nuestras vidas, en todo momento y en todo sentido, con una velocidad fenomenal de disrupción, y a la vez de obsolescencia de decisiones y de tecnologías que a los 5, 6 años son totalmente vetustas.
En esta línea, Balbín destacó “tres planos, realidades transversales que nos están cruzando, sobre todo en los proyectos de mediano y largo plazo, una es el avance tecnológico; el segundo plano que nos pone en una movilización mayor es el cambio climático, y el tercero es la velocidad con que determinadas enfermedades aparecen y se están distribuyendo a nivel mundial y los desafíos y los problemas que nos generan, por ejemplo HLB en cítricos. Estas realidades nos dan una plataforma para tomar decisiones, para aggiornarnos. El desafío es pensar como instituto de tecnología qué tan adaptados y qué tan agiles somos en responder a estas necesidades y a las que vienen”.
Finalmente, subrayó el hecho de “cómo nos comunicamos, cómo interactuamos con la sociedad. Ese me parece que es un enorme desafío que tenemos, porque en la medida en que la sociedad nos perciba como algo útil, nos va a dar el sentido de pertenencia y estabilidad”.