Con un templo repleto de fieles se celebró anoche sábado 9 de marzo, la ordenación de cinco nuevo diáconos permanentes para la diócesis de Concordia. Luis Araujo, Daniel Escobar, Lorenzo Torrez (San Salvador), Norberto Acevedo y Hugo Bodean, recibieron mediante la imposición de manos del obispo diocesano monseñor Gustavo Zurbriggen la misión dentro de la iglesia del servicio de la caridad, de la Palabra y de la Liturgia.
La misa de ordenación se celebró en la parroquia Ntra. Sra. de Fátima de La Bianca, presidida por Mons. Zurbriggen y concelebrada por el obispo emérito Mons. Luis Collazuol, el vicario general padre Alfonso Frank y varios sacerdotes de la diócesis. La presencia de familiares y amigos, hicieron sentir a los cinco candidatos el apoyo, la cercanía y el cariño abrazador en cada tramo de la celebración.
Durante su homilía monseñor Gustavo explicó a los candidatos que “mediante la ordenación diaconal serán en la Iglesia signo sacramental de Cristo Siervo. Por eso, tendrán la misión de servir a la Iglesia, servir en la Iglesia y animar el servicio de la Iglesia (…) Por lo tanto, la misión que hoy la Iglesia les encomienda es fundamentalmente el servicio de la caridad, de la Palabra y de la liturgia”.
El obispo diocesano insistió en cuidar la vocación matrimonial y familiar “la primera a la que el Señor los ha llamado y camino de santidad para ustedes. En el amor de Cristo, sean cada vez más testigos de fe y de amor como esposos, papás y abuelos. Y a partir de hoy, recibirán la gracia propia del diaconado que los asimilará a Cristo servidor” expresó.
“Nunca olviden que tienen un doble cauce para responder al llamado a la santidad, que recibieron en el Bautismo: el sacramento del matrimonio (…) Y, desde hoy, el sacramento del sagrado orden del diaconado. Que una seria y comprometida vida espiritual (…) los transforme en servidores, imitando a Cristo, servidor de todos, en sus familias y en las comunidades a las que la Iglesia los envíe” concluyó el prelado.
Luego de la celebración los diáconos acompañados por el clero, sus familias y la comunidad de fieles compartieron una cena fraterna en el Centro vocacional diocesano en Villa Zorraquín.