Las entidades intermedias tuvieron históricamente una importancia vital que persiste en la actualidad, al comienzo los habitantes se organizaron por su origen (Alemanes, vascos, Etc.) para ir evolucionando hacia núcleos de intereses o actividades.
Ser dirigentes de una entidad es sinónimo de vocación de servicio e interés por el bien común, aunque en algunas ocasiones el reconocimiento no es el merecido. Las sociedades organizadas y con actitud general de progreso, ponen límite a lo inaceptable de acuerdo a su propia cultura, la que alimenta los valores de la organización y sus dirigentes contribuyendo las mismas al crecimiento ordenado de las localidades.
En algunas ocasiones las organizaciones aceptan las injusticias, como cuando son influídas por el “poder” dominado por la corrupción, el que obliga a las instituciones a desviar sus objetivos mediante distintos métodos como fake news, desestimando las propuestas, desatendiendo la seguridad, siendo permisivo al comercio ilegal o aprovechando la debilidad de las organizaciones , en parte debido a la falta de compromiso (temores) de los ciudadanos para ejercer el poder que nos brinda la democracia.
El estado de situación descripto lleva a que la comunidad vaya tolerando excesivos niveles de carga impositiva y deterioro en los servicios prestados por el estado, con la consecuente mayor carga de costos a quienes trabajan y producen en el marco legal, favoreciendo a pocos empresarios aliados que permiten el cumplimiento de sus propósitos, alejando los incentivos para la producción y el trabajo, generando sometimiento y retraso en educación ,seguridad y salud con el consiguiente deterioro del tejido socio- económico.
Debemos aprovechar al máximo las estructuras ya existentes rescatando las buenas experiencias y desechando lo que no haya resultado eficaz permaneciendo alejadas del interés partidario.
El Centro Económico de San Salvador cumple y ha cumplido con su propósito, a pesar de las permanentes dificultades se mantiene consolidado, siendo una herramienta fundamental para los empresarios. El fortalecimiento del mismo depende del uso e impulso que le den los emprendedores y empresarios locales.
Desde el Centro Económico de San Salvador invitamos a jóvenes, emprendedores, empresarios, comerciantes, productores, profesionales, prestadores de servicio etc. a ser protagonistas de nuestro presente y futuro mediante la participación activa. Sabemos que el desarrollo de una tarea en búsqueda de objetivos comunes tiene un costo que a su vez estamos convencidos que vale la pena realizar.
Vemos en los jóvenes profesionales (milenials) que regresan para radicarse en nuestra ciudad y en los mayores activos (experiencia) un potencial sin límites de crecimiento, en la medida que desarrollen sus objetivos personales y a su vez dediquen un mínimo de tiempo a las ONG con el fin de mejorar el entorno que actúa como catalizador para el crecimiento individual.