El DNU exceptúa a las labores del campo de la cuarentena para garantizar el abastecimiento. Sin embargo, las zonas rurales están habitadas por las franjas etarias de mayor riesgo, lo que obliga a extremar los recaudos al máximo. Apuntan a crear un comité interdisciplinario para analizar caso por caso.
Según el último Censo Nacional Agropecuario, en el campo argentino existen 223.292 productores y socios, de los cuales el 21% son mujeres y el 16% tiene menos de 40 años. Es decir que las actividades rurales han ido quedando en manos de empresarios y trabajadores “mayores”. El fenómeno es mundial, y Argentina no escapa a esta tendencia, producto de una realidad difícil (con falta de conectividad y caminos), lo que obliga a los jóvenes a buscar otros horizontes en zonas más urbanizadas.
La llegada de la pandemia en medio de esta coyuntura obliga a tomar recaudos extra en estos ámbitos. Por el campo y por la ciudad. De allí que el análisis de información y de la situación sanitaria en el sector rural de otros países del mundo, brinda día a día nuevos datos sobre COVID19, que sirven para evitar que se repitan los mismos problemas en nuestro país.
Trabajo integrado
Según el Dr. Marcos Grigioni, especialista en medicina agrícola, “los productores rurales de edad avanzada constituyen un grupo de riesgo para numerosos peligros dentro del sector agropecuario”. Y agrega que “lamentablemente una nueva amenaza se ha sumado: el COVID19”.
Se sabe que la mayor cantidad de los fallecidos en el mundo por coronavirus son personas de edad avanzada. Por ello es que una de las recomendaciones que el gobierno ha dado, es que los trabajadores de 60 años o más tienen licencia para ir a trabajar. “Pero sucede que los productores y productoras mayores (que son un gran número en nuestro país), sobre todo los pequeños, no pueden dejar de trabajar, de cuidar sus animales, de levantar la cosecha, de ordeñar sus vacas, etc., ya que el resultado sería devastador para su subsistencia. Lo mismo sucede con contratistas, veterinarios, ingenieros agrónomos, técnicos, etc.”
Grigioni explica que por eso mismo es que “sugerimos a las instituciones oficiales del sector rural, organizaciones de productores, de profesionales, de empresas de insumos y maquinaria y sobretodo a las cooperativas: prestar especial atención a las necesidades de los actores rurales que por su edad o problemas de salud (diabetes, cardiopatías, problemas pulmonares, etc.) necesitan ayuda en estos días complicados. Múltiples acciones se pueden llevar adelante para que los productores y demás personas tengan menores posibilidades de exponerse al COVID19”. Y cierra con un desafío para todos: “Argentina necesita más productores”.
Codo a codo
Si bien se está trabajando desde todas las esferas del sector para cuidar, prevenir y facilitar la continuidad de la producción agrícola, ganadera y tambera, el médico explica que estuvo haciendo un relevamiento telefónico a más de 100 productores de Santa Fe y otras provincias, y “más de la mitad manifiesta no haber recibido información sobre cómo cuidarse”. En este sentido, agrega que todavía “hay muchos puntos que hay que profundizar”, y que está recibiendo consultas de colegas del resto del mundo para ver qué estamos haciendo en Argentina en etapa de cosecha.
Finalmente anticipa que a partir de mañana comenzará una ronda de trabajo con entidades del sector. “Queremos empezar a hablar con todos para establecer protocolos para el tambo y para las otras actividades. Queremos armar un espacio interdisciplinario”, manifestó.
Federico Aguer faguer@ellitoral.com