Ocurrió durante la mañana del martes, en una esquina de la zona sur de Concordia. “La saqué muy barata por lo feroz del ataque”, contó. Se presentó en sede policial y hasta debió ser atendido en el hospital Felipe Heras.
Julián Ava – un vecino de zona sur – denunció que en la mañana del martes fue atacado ferozmente por, al menos, siete perros “tipo pitbull” en plena calle.
En declaraciones radiales, el hombre de 32 años comentó que salía de su oficina y se dirigía a los galpones del ferrocarril, en inmediaciones de calles Paraná y La Rioja, cuando de repente “un vecino abre la puerta de un domicilio y salen los siete perros muy grandes y fornidos”.
La desesperante secuencia ocurrió a las 9:50 horas. “Se me abalanzaron, me atacaron y me tiraron al piso”, contó Ava. Agregando que es un persona de contextura física importante y que pesa más de 90 kilos.
Aun así, “no me dejaban levantarme y me defendí como pude”, enfatizó. En la desesperación, pudo incorporarse y “tuve que correr a mi casa”.
Dueña
El damnificado explicó que en el lugar donde están los animales es una “puerta, donde adentro hay como tres viviendas, con un patio compartido”; siendo que los peligrosos ejemplares serían “de otra mujer que no estaba en ese momento”.
“Aunque está casi enfrente de mi casa, nunca los había visto porque me contaban que los mantenían atados”, aseveró.
Una vez hecha la denuncia policial correspondiente – en la comisaría Primera – “la dueña no se presentó ni vino a verme como estaba tampoco”, relató Ava.
Ataque
El hombre atacado detalló que lo primero que atinó a hacer es cubrirse el rostro, “de ahí la lastimadura que tengo en el brazo”. Además, comentó que, ya en el suelo y muy vulnerable, “comencé a pegarles para quitármelos de encima”.
En efecto, reconoció que entró “en pánico” porque “pensé que no la contaba”. Afortunadamente, Ava fue atendido en el hospital Heras, donde debieron – incluso – aplicarle la vacuna antitetánica, de forma preventiva.
El saldo del feroz ataque fue, además del brazo cortado, “lastimaduras en un dedo, una mordedura muy profunda en el antebrazo, heridas en las piernas y en cada glúteo tengo los colmillos enterrados de los perros”, enumeró.
Hijo
Por último, Ava comentó que suele pasar por el lugar con su hijo de 4 años. “Si me llega a pasar, no lo iba a poder salvar; lo matan”, reflexionó. Subrayando que “yo sólo, apenas me pude escapar y ni siquiera tuve chance de defenderme”. Fuente: Nada que Perder – LT 15