En el automovilismo entrerriano el Chino Ricardo Santellan es conocido por su ya larga trayectoria en el Rally de nuestra provincia, pero su accionar fotográfico no se limita a ello sino que también abarca otras actividades deportivas y de distinta índole que se desarrollan en Gualeguaychú, donde el carnaval –por ejemplo- es centro de su accionar profesional. Con motivo de celebrarse su día, este 21 de setiembre, reproducimos parte de la nota que publicáramos este año en ACELERANDO.
-¿ Tus inicios a cuándo se remontan?
-En el automovilismo empecé en el 94 más o menos.
-Sí, me acuerdo de habernos cruzado en autódromos de tierra por entonces, con TC del Litoral y Citroën.
-Eran la Clase A y la B de TC del Litoral, en especial algunas carreras con la Fórmula Entrerriana que se hicieron en Concordia, también en Gualeguaychú. Después arranqué más de firme con el rally.
Yo le agarré el gusto a la fotografía cuando volvió a la Argentina la Fórmula 1, en el 94, que fui a la carrera como aficionado, a mirar. Yo no tenía apego con las cámaras y un amigo me prestó una réflex con un lente 300. Yo no tenía ni idea de cómo se manejaba, el vago me comentó, me explicó y ahí me empezó a picar el bichito, después que vi las fotos. El Pipo (Daniel Serorena) cuando él estaba en Acelerando (con su padre y Pancho Greco en la radio), lo acompañaba, sacaba fotos y veía si podía vender alguna.
-Más adelante te incorporaste a El Argentino.
-En el año 2000 entré, Pipo (Daniel Serorena) en marzo del 2000 de vuelta me va a buscar porque había entrado él con el proyecto de hacer un suplemento deportivo y necesitaba un fotógrafo. Entonces me convocan y empiezo a trabajar en El Argentino en la parte de deportes con el suplemento que salía los lunes con todo lo del fin de semana. Y al mismo tiempo me alejo del rally, de seguir las carreras.
-Porque debías cubrir el deporte en Gualeguaychú.
-Exacto, al estar abocado al diario, teniendo que estar en las canchas de fútbol, todo evento deportivo que había el fin de semana tenía que estar, entonces no podía viajar.
-¿Te repartías en las distintas canchas?
-En el fútbol local hacía cuatro canchas, iba los 15 primeros minutos a una cancha, de ahí a otra a estar en los últimos minutos de ese primer tiempo, y después lo mismo en el segundo tiempo. Entonces me daba más o menos 15 minutos en una cancha, 15 para trasladarme a otra y me quedan los 15. Siempre organizábamos que las cuatro canchas estuvieran medianamente cerca, llegaba a haber partidos en 6, 7 u 8 canchas. Para colmo en esa época todavía no teníamos cámaras digitales, teníamos rollo y yo tenía que revelar, por ejemplo, pasaba algo y tenía que revelar fuera de horario de comercio, con un rollo en blanco y negro y revelarlo yo.
Después yo tenía un arreglo con la vieja casa Flash Yung Color, los domingos ellos prendían la máquina de revelar negativos, al principio revelábamos, imprimíamos en papel, llevábamos dos rollos, 70 copias para hacer. Después, más adelante, apareció el escáner de negativos y ya directamente imprimíamos de ahí.
-¿Deportes seguís cubriendo todo ahí, en el basquet hacés o hacías antes de la “cuareterna” algo similar a lo del fútbol?
-Actualmente sí, suponiendo que estuviera todo normal. Llegaba a hacer dos canchas por noche, sea viernes, sábado o domingo. Y acá ahora tenemos tres equipos en competencia, Racing, Neptunia y Central Entrerriano, muchas veces hay dos partidos al mismo tiempo, más en serie de play off.
-Pasado unos años, regresaste al rally.
-Del 2000 al 2008 no hubo rally en Gualeguaychú y entonces cuando volvió me acuerdo que fuimos con Daniel a hacer la cobertura para el diario como cualquier otra cobertura y ya me enganché de vuelta. Al mes de Gualeguaychú vino Gualeguay y ya me fui para ahí, donde terminaba porque fue el coronación.
-¿Entonces tuviste que cambiar el sistema de trabajo de los fines de semana que te ibas a cubrir el rally?
-Exacto, para esos fines de semana ya tenía un grupo de colegas que podían hacerme la gauchada de sacarme fotos, lo que hacía yo lo hacía un par de colegas.
-¿Las cosas más importantes que te ha tocado cubrir, no necesariamente del ámbito deportivo?
-En Gualeguaychú hubo varios, lo de la pastera fue importante, el reclamo de la gente hacia la instalación de Botnia en ese momento; el conflicto del campo con el gobierno también.
-En ambos casos requirieron de tus servicios agencias nacionales e internacionales.
-Sí, las dos veces hice trabajos para agencias internacionales (AFP, DPA, EFE, Reuter), en los dos conflictos tuve participación haciendo mi trabajo.
-En el ámbito de la categoría que cubrís se ha formado un buen grupo de trabajo…
-Tendríamos que juntarnos a comer un asado en una carrera para acordarte de las anécdotas, ahí empiezan, uno, otro. Ahora en frío no recuerdo, seguramente alguna espantada por algún auto que ha agarrado para el lado que estaba yo, pero no soy de ponerme en lugares peligrosos.
-Teniendo una buena cámara y ubicándote en lugares que no sea vía de escape estás más a salvo.
-Sí, hay lugares donde uno supone que no va a pasar nada, es muy difícil que pase, pero son autos, se puede romper algo y se pueden espantar para cualquier lado.
-¿En el rally fuiste el “precursor” del machete para limpiar las malezas que estropeaban las fotos?
-No, lo copié de otro. En un principio me preocupaba más por los lugares, que seguramente los que me gustaban estaban sucios. Ahora ya no, que no haya que trabajar tanto, sino un lugar más a disfrutar con los amigos, que se coma un asado, obviamente sin dejar de prestar un servicio porque nuestro trabajo lo es, más que nada ahora, para los pilotos, para la categoría porque los ayuda a difundir lo que hacen, los ayuda a conseguir publicidades. Que hayan aparecido las redes sociales es muy importante, los pilotos están pendientes de cuando les llegue la foto subirla, o un video, lo que sea, y eso es una cadena que ayuda, que te hace publicidad, se ve, se lo compartís, se lo @rrobas o lo hatcheas.
-Tengo una bien fresquita, del Rally de Santa Elena, el GP 2019, la última vez que se corrió: éramos Pablo, Franco, Perika y yo. Había llovido y salimos a recorrer el sábado temprano. Perika no quería porque decía que nos íbamos a quedar empantanados, pero fuimos. Pablo (Olivera) medio manco viste, el autito que tiene (un Vento) es pesado, medio bajo, medio que se quedó chupado. Estaba firme, pero el auto pesado, con cuatro arriba, y quedó, en la tierra negra quedamos patinando. Nos bajamos para darle un empujoncito, nos apoyamos en el auto, apenas lo hicimos y el auto salió, con tanta mala suerte que Perika -que andaba de mal humor- patinó y cayó de rodillas en el barro. Y yo me entré a reír, se levantó caliente, agarró barro y me tiró encima, todo en la cara. Tenía una calentura, para colmo Franco y yo nos reímos, qué íbamos a hacer. Nos sacamos una selfie con Perika para mostrar que yo estaba embarrado en la cara.
Nosotros hemos encontrado chapones, apenas entramos nosotros en los autos, vamos a andar con un chapón. Esperamos la escoba, que a veces no pasa la escoba, y se lo cargamos. Pero si es chico, el silenciador, el caño de escape, lo cargamos y se lo llevamos.
Yo compartía mucho con los chicos de Corrientes, me había hecho amigo de Federico (Romagnoli) y de todos los que andaban con él. Un par de años compartí con ellos, incluso me quedaba a dormir en el motor home de Víctor. Anécdotas muchos, pero no tanto los sábados, uno termina cansado, más se disfruta a la noche el viernes, porque todavía no empezó la actividad, más que la rampa nos ha hecho. El sábado arrancás temprano, terminás tarde, a la noche se te complica.