Con antecedentes familiares en el automovilismo (de chico frecuentaba el taller donde se preparaba el auto de un primo), Andrés Queirolo ya de grande se dedicó –en paralelo a la tarea laboral- a la fotografía del deporte motor, dedicándole muchos fines de semana al automovilismo nuestro y también a las categorías nacionales que nos visitan. En la edición de junio, en ACELERANDO le dimos a él y a otros fotógrafos un espacio en reconocimiento a la valiosa colaboración brindada, la que reflejamos en esta publicación digital justo el 21 de setiembre en que se celebra su día.
Contanos Andrés ¿cómo te iniciaste en la fotografía?
Yo empecé a sacar fotos en el TC cuando me compré una máquina la Sonic, la chiquita que tengo. Viajaba en colectivo hasta puente La Noria, me bajaba y me juntaba con los de la peña del Gurí Martínez, un grupo de hinchas del Gurí que era de Buenos Aires. Después empecé a sacar acá en el autódromo de Gualeguaychú. En Buenos Aires entraba a boxes y de ahí me escapaba como quien dice a la Chicana de Ascari, atrás de boxes, en el circuito 9 digamos, y después se acaba en la entrada de la recta con el zoom de la camarita. Como no podía entrar a la pista me movía ahí adentro en boxes. Después sí ya más adelante pudo entrar a pista ya era otro tema. Esos fueron más que nada mis inicios.
No me acuerdo exactamente qué año fue un montón de años atrás, yo había creado un blogspot para subir las fotos porque ni siquiera tenía Facebook ni nada de eso.
-¿Fue un par de años antes de empezar acá?
-Ponele 2005-2006, un par de años antes que empezara sacar acá, cuando empecé a moverme por toda la provincia como quien dice
-¿Únicamente a Buenos Aires o a Paraná también que ya venía el TC?
-Con la camarita chica que tenía usuario únicamente y después si me largué el autódromo de acá de Gualeguaychú. Ahí empecé a colaborar un poco con el diario de acá y después ya cuando me empezaron a prestar una cámara el diario El Día, yo iba, le sacaba y les daba a ellos todos los archivos de fotos, me acuerdo. Después no me acuerdo cuando empecé a colaborar con ACELERANDO. Y una vez que empecé a colaborar con el diario y ya tuve una cámara y colaborar con ustedes, ahí sí empecé a viajar yo, con Pipo Serena. Para que me acuerde bien, yo tengo 51 ahora y con vos, más ha de ser, como 10 años por lo menos.
En Gualeguaychú sí recuerdo que empecé cuando asfaltaron el autódromo y empecé a colaborar con ustedes en 2012. Ya antes había colaborado con vos y después empecé más fuerte a viajar por toda la provincia y con las categorías nacionales. Me estoy acordando en esa época viajar con el Pipo Serorena. Yo tenía el Renault 19, hace 3 años que tengo este auto y anteriormente tuve tres años el otro. Estamos en 2014 más o menos, yo tenía el 19 en esa época, o sea que antes debo haber empezado en las provinciales entonces capaz que en el 2010 a 2011 más o menos.
-Entonces por lo que contás vos estás empezaste con un hobby y después te metiste de lleno.
– Claro, yo lo empecé como un hobby y a mí siempre me apasionó el tema de la fotografía. De chico yo quería estudiar fotografía, pero mi viejo por una cuestión de que tenía que ir a Buenos Aires y en esa época no era como ahora para ir para Buenos Aires, era toda una aventura, una historia, y no me dejaron obviamente hacer lo que me gustaba en definitiva, lo que me apasionaba de toda la vida. De chico sí me acuerdo que entraba internet en la casa de un amigo, si no tenía la mía después ya cuando me vine a vivir a mi casa me acuerdo de bajar fotos de las carreras de todos lados, entraba en cuanta página había fotografía del tema de las carreras.
Te mostraban la info de la foto, los ISO, abertura de diafragma, velocidad. Uno de los que más miraba yo me acuerdo y sacaba datos (yo compraba la revista Corsa) había un periodista inglés que se llamaba Martin Holmes, que cubría el Rally Mundial para la revista, era un fotógrafo de distintos medios a nivel mundial. Una barbaridad el tipo como sacaba fotos, la cobertura que hacía además toda la parte texto digamos, estaba muy buena.
Y la pasión por el automovilismo surgió de un primo, Luis Zabal, que se cansó de ganar campeonatos de Cafeteras.
-Primo tuyo, bastante más grande.
-Sí, bastante más grande, vos falleció hace unos años y tenía 56, así que 7-8 años más que yo capaz. Primo de un hermano mío era, mi vieja era hermana de la mamá de él. El taller lo tuvo en la casa de mi abuelo.
-¿De chico entonces estuviste ligado con los fierros?
– Ahí empecé con el tema de las carreras, la pasión por el automovilismo, que me enganché por culpa de él como quien dice y empecé a comprar la Corsa en esa época. Me acuerdo le hacía mandados a mi abuelo, juntaba las monedas y con eso compraba la revista.
Se corría más que nada en Gualeguaychú, en circuitos de tierra, los conocía todos. Se corría en el Pancho Ramírez de Pueblo Belgrano, en el circuito Las Piedras y en el Santa Rosa ni hablar. Me acuerdo de chico cuando iba, estaba en la calle que sigue del Aeroclub la continuación de Urquiza. Si hubiera sido un circuito a nivel nacional acá en Gualeguaychú hubiera sido impresionante. Más allá del circuito en sí lo que era el terreno era impresionante, era espectacular. Creo que tenía desniveles y no me acuerdo mal sí tenía algún desnivel y después otro que por terreno decían hubiera sido el ideal que no lo hicieron porque por el tema del medio ambiente, la ecología, era Las Piedras. La tierra que tenía era fabulosa, pero por lo que te dije no lo hicieron.
Pasado un tiempo te fuiste equipando y hasta pudiste comprarte una cámara afuera.
-Siempre me interesé por internet todo lo relacionado a la fotografía. Me prestaron cámaras en el diario, uno de los clientes del estudio (contable, donde trabajaba). Después fui juntando pesito por pesito como quien dice y pude comprarme la cámara que tengo ahora, la que usó hace años que me acuerdo me trajo un amigo que viaja bastante a Estados Unidos. Me trajo el equipo completo (cámara, lente, flash, la memoria) y otro lente me compré yo acá. Me acuerdo que el dólar estaba a $6, era otra época. Es más, me ayudó mucho mi vieja, me prestó un poco de plata porque no llegaba. Así pude llegar a tener esta cámara para empezar a hacerlo no sé si llamarlo más profesional, pero completo. Me pedían que le pasara fotos, empecé a subir a Facebook, ya me lo tomé como si fuera otro trabajo porque también empecé a tener un poquito de entrada ahí por la venta de las fotos, también con lo que me daban en el diario para los viajes.
-Con tantos años ya de recorrer muchos autódromos, seguramente tenés recuerdos de cosas especiales, divertidas, jocosas, o como quieras llamarle.
-Cuando empecé a sacar más con esta cámara, yo siempre me ponía en la curva 1 porque era donde yo había pispeado que se armaban todos los despelotes. El día del vuelco de Nico Galvarini, que también volcaron en la 1600 Roullier y Etcheveste, el Chino sacaba fotos en la chicana. Ese día le digo andá a la 1 que ahí se arman los despelotes y él también hace las fotos del vuelco de Galvarini porque conmigo en el mismo lugar.
-Cuando, en Gualeguaychú también, volcó Dalcol, vos ¿dónde estabas?
-Me hiciste acordar de esa también, venía primero Fabricio Scatena con el Fiat Uno. Yo estaba en el talud en la 1, siguiendo los primeros en esos momentos filmaba un vago que venía de Buenos Aires y cuando por ahí sí me da por mirar venía este loco embalado, cruzando el campo como quien dice, levanta vuelo cuando agarró el pianito de adentro y cuando cayó el pasto, nosotros estábamos ahí cerquita me acuerdo, la cámara del de la televisión pegó el guachazo y el loco quedó blanco. Nosotros habremos estado a 5 metros de la punta del talud. Le erró por poco a los que doblaban, pasó por arriba y de casualidad no se llevó puesto a uno.
Fue a parar al zanjón, que estaba seco y con las ruedas para arriba. Cuando voy a la casa para ver cómo estaba, le muestro la foto que yo tenía y le dijo a la madre viste que yo había quedado con las ruedas para arriba, porque llegaron los auxilios enseguida y lo dieron vuelta. Pocos se habían dado cuenta que había quedado de esa forma.
Cuando pasó lo del Mono Demarlenge en C. del Uruguay en la entrada a la recta, escuchó el chillido contra el asfalto de la chapa, era el Mono que se había tocado con otro, pegó contra el guardarrail –yo estaba ahí cerquita-, y yo salgo disparando, lo que se ve en una filmación de Perika. Me quedó en el pecho el sacudón del auto contra el guardarrail. Yo no estaba apoyado contra el guardarrail, sino a medio metro, ponele.