Destete eficiente, el primer paso para asegurar mayores ingresos en la ganadería

RECOMENDACIONES PARA LOGRAR MÁS TERNEROS

El destete es el momento en que más sufre estrés un ternero. Es, también, la etapa de mayores posibles pérdidas productivas en la actividad ganadera.
En el Cuadro N° 1 se observan datos o difundidos por ROSGAN y creados por el USDA: comparan los indicadores productivos de los principales países ganaderos.
Si se analiza lo sucedido en los últimos 50 años, el stock nacional lejos de haber crecido se contrajo en cerca de 3 millones de cabezas desde los ’80, al 2019 (pasó de 56.6 millones de cabezas a 53.8).
Según los especialistas, esto surge de un destete estancado y de tasas de extracción de equilibrio que debieron estabilizarse para sostener dicho stock.

 

¿De dónde surge el “sesenta y pico” porciento de destete?

Según el INTA Cuenca del Salado y a raíz de un estudio realizado en la zona, es un hecho que el 44% de las vacas de la zona llegan flacas al parto.
“El resultado de preñez depende exclusivamente de la posibilidad de que esas vacas ganen peso durante la primavera”, aseguran. Y agregan: “El bajo estado corporal al parto y las consecuentes fallas en la concepción son la principal causa de los bajos índices de destete”. Por esta razón, se recomiendan ajustes en la carga, en función de la oferta de forraje; o bien aumentar la producción de pasto para asegurar el mantenimiento de los vientres.
Si a estas complicaciones de manejo se le suma las dificultades sanitarias, no cabe duda de por qué el promedio nacional es tan bajo respecto de su potencial.

¿Cuándo se dan las mayores pérdidas?

Si miramos todo el ciclo del bovino, desde que la vaca entra en servicio hasta que se destetan los terneros, hay un período de inflexión en el que hay que poner el ojo: entre preñez y destete.
Es que según la base de datos de gestiones productivas ganaderas del Movimiento CREA (con un total de 737 registros en tres campañas diferentes y para un total de 16 regiones del país), se reflejó hace un tiempo un promedio de mermas en esta etapa de 8,37%. Hay que tener en cuenta, que los datos fueron tomados en zonas ganaderas y establecimientos de punta. Por ende, a nivel nacional se puede estimar que superan el 10%.
Frente a estos porcentajes, la institución realizó la estimación de los ingresos no percibidos por venta de terneros no logrados a causa de las mermas preñez-destete. Las pérdidas se calcularon tomando como referencia un rodeo de 100 vacas preñadas. Con un valor de $7.200 por ternero (2018) de 160 kg/cab, los ingresos no percibidos pueden variar desde $19.440 a $285.840. Hoy con un Dólar que cuesta el doble, las pérdidas serían aún mayores.

¿Cómo es un plan sanitario efectivo?

Los referentes en la materia entienden que lo ideal es que los terneros que se van a destetar tengan más de 20 días de aplicadas la segunda dosis de las vacunas (Mancha y gangrena, enfermedades respiratorias, queratoconjuntivitis); que se desparasiten en ese momento con un producto aprobado (y vayan a comer a campo “seguro” en lo posible) y que reciban minerales, evaluando las carencias de la zona donde se está trabajando. Cabe destacar que en muchos campos donde se venden los terneros, el productor no hace la preparación para el destete.
Sin embargo, consideran que sería ideal hacerla igual y vender un producto ya inmunizado con mejor cotización. ¿No?

¿Qué más se puede hacer?

Aquel reporte realizado por Zoetis y CREA brindaba recomendaciones para lograr destetar más terneros:
-Entrenar al personal de campo en la atención al parto.
-Invertir en una buena sanidad.
-Recorrer los lotes de parición (4 veces al día en vaquillonas y 2 en vacas).
-Seleccionar toros con facilidad de parto.
-Seleccionar vaquillonas con el desarrollo adecuado antes del servicio.
-Evitar que las vacas pierdan o no ganen peso durante los últimos 90 días de gestación, esto puede contribuir al nacimiento de terneros débiles o partos distócicos.