Desde San Salvador “nuestras reinas llegan a todas las provincias del país que trabajan en la apicultura”, destacó Enrique Klauser de Cabaña Apícola Bella Vista

“Arrancamos a trabajar en el rubro aproximadamente en 1998, como productores de miel y somos segunda generación. A partir de ese momento comenzamos a incursionar en el tema de la apicultura, siempre como productor de miel”, empezó diciendo Enrique Klauser, titular de la Cabaña Apícola Bella Vista, instalada en la ciudad de San Salvador, a NUESTRO HOMBRE DE CAMPO. Con objetivos claros fueron progresando hasta convertirse en productoras de reinas que llegan a todo el país.

Más adelante, en el 2002 lo hacemos como productor de reinas, comprando reinas a distintas empresas para madres y así comenzamos a reproducirlas, agregó.

En el 2005 iniciamos la construcción de nuestra sala de extracción de miel, que se habilitó en el 2007. Desde entonces comenzamos con el sueño de la Cabaña Apícola, relató Enrique Klauser a NUESTRO HOMBRE DE CAMPO.

Consultado por los comienzos como productor dijo: “Fueron bastante complicados. No había mucho de donde obtener información. Empezamos a charlar con distintos colegas y se me empezó a facilitar el camino”. En esa época la miel era para mantenerte y nada más. Después empezó de a poco a surgir, pero con las fumigaciones cayó a la mitad la cantidad de colmenas y producción de miel. Entonces los productores que quedamos y nos mantuvimos en la actividad vimos rentabilidad porque la cantidad de colmenas que había en el país cayó a la mitad. Asimismo, la mitad de los productores tenían el 50% de las colmenas, por lo tanto, el precio comenzó a subir, y se logró abrir el mercado en otros países, llegando en la actualidad a exportar el 95 de la producción y solo un 5% para consumo interno”.

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La posibilidad de ser criadores de reinas, dijo, “surgió porque necesitábamos adaptar las reinas a nuestro entorno. Que el material se adapte al lugar donde trabajábamos porque lo que comprábamos en otras provincias no nos permitía hacer ese trabajo, pues no producían de la misma manera. Entonces empezamos a hacer nuestras propias líneas, pero siempre como criadores de reinas, nunca como cabañeros”, comentó Klauser.

El camino para llegar a los que tenemos hoy fue largo –acotó-. “Fue a prueba y error, con la colaboración de los colegas, sumado a la investigación que llevábamos adelante y nos permitió llegar a la producción de nuestra propia línea. A partir de esto, sin buscarlo, pasamos a ser cabañeros porque no solo pasamos de obtener las reinas que conseguíamos afuera y producían hijas, multiplicadas para nuestros apiarios, sino que pasamos a seleccionar la mejor madre. Fue un proceso largo que dio sus resultados”, explicó.

Actualmente, indicó Klauser, “nuestras reinas llegan a todas las provincias del país que trabajan en la apicultura. Hemos tenido un año excepcional, con un poco más de 5.500 reinas vendidas (el 70% son buckfast) y este es un dato interesante porque la mayoría en general prefiere las italianas. Además, colocamos en el mercado 9000 celdas reales y casi 800 núcleos. De hecho, recientemente tuvimos la Inspección Sanitaria Apícola, a quienes les mostrábamos los pedidos que teníamos y los podríamos haber duplicado, pero la capacidad de nuestra cabaña no daba para tanto, porque estaba preparada para producir de 1000 a 1200 cajones fecundadores. No daba para cumplir con la cantidad de pedidos que teníamos”, aclaró.

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Refiriéndose luego a la adaptación en otros lugares de las reinas que producen en la Cabaña, Klauser indicó: “Se adaptan muy bien. De hecho, lo comprobamos de la manera más eficiente porque nosotros no coincidimos cuando se dice que no se produce miel, sino material vivo, es todo lo contrario porque para ofrecer nuestro producto y demostrar que nuestro producto es eficiente hay que tener en cuenta algunos factores. No solo que tenemos una buena productora reina por sus características, sino que las características en la producción de miel la tenemos que comprobar y la verificamos con nuestra propia producción”.

Incluso, dijo, “realizamos videos para una revista y nuestro canal de Youtube donde mostramos los apiarios completos. Nuestra cabaña no muestra una o dos colmenas y en base a eso el producto, sino un apiario completo con 100 a 120 colmenas. Destapamos todo y mínimamente esas colmenas deben estar en un 80 a 85% parejas en buenas condiciones en general, no solo en población, sino sanidad y demás”, explicó.

Lo que nos abrió las puertas para vender en mayor cantidad, manifestó Klauser, fue la difusión de los videos que hicimos para Mundo Apícola. Así fue que abrimos el mercado a todo el país, y actualmente estamos habilitados para exportar nuestro material vivo. De hecho, surgieron muchas posibilidades de exportar, pero no se pudieron concretar por los requisitos que nos pedían. En otro momento mandar material hacia afuera era más simple porque no te pedían que te hagas responsable del envío desde que sale hasta que llega a destino. Nadie quiere cargar con la responsabilidad del material en el trayecto, admitió.

Nosotros trabajamos con dos líneas de abejas, y lo mismo nos pasó cuando queríamos comprar las madres que vienen de Europa, las denominadas F0, nos enviaban si nos hacíamos cargo del envío. Era una situación rara, más que nada producto de la pandemia porque no hay vuelos y todo es bastante complicado, recalcó.

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En cuanto a rendimiento en el último año, indicó el cabañero, hubo una franja en el centro de Entre Ríos, casi en su totalidad, no alcanzó a ser pronunciada la sequía y recibimos algunas lluvias. El Norte y el Sur de Entre Ríos sí tuvieron problemas por la sequía. En otras provincias también fue desastroso con muchos problemas en la cosecha.

Actualmente “estamos trabajando en monte de eucaliptus y zona de montes de chilcas, donde supuestamente no debería haber venido bien por la falta de agua, pero por esas cosas de la naturaleza, anduvo muy bien que nos dejó una cosecha excelente, no solo a nosotros sino también a otros productores que conocemos que están en la franja del centro de la provincia. En el monte de eucaliptus viene lo que denominamos “planchado”, florece y no florece y falta agua. Ya pasaron cuarenta días de la fecha de floración, pero está atrasado en el monte”.

Consultado por el precio actual de la miel, Klauser comentó: “Actualmente el precio está bajando. Tuvimos un tope muy bueno, donde pudimos vender y entregamos la mayor parte de nuestra producción al exportador. De la baja en los precios puede haber varios motivos, agregó: primero que los exportadores se hayan stokeado, puede haber más miel de lo que se piensa, porque si bien no hubo una buena cosecha por la sequía, pero en algunos lugares hubo buenos rindes y el productor lo puede estar aguantando para tener un mejor precio. Otro motivo puede ser que desde afuera no se pueda pagar más de lo que están pagando, algo que sería normal, y más que nada Argentina no puede ser un formador del precio de la miel más allá que el consumo por el tema la pandemia creció y todos nos vimos favorecidos”.

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El titular de la Cabaña Bella Vista dejó en claro que, al hablar de la apicultura, “no solo hablamos de la producción de miel, porque también podemos obtener de material vivo, en este caso reina, celdas, núcleos y demás, pero también tenemos polen, propóleos, apitocsina que en este momento se está utilizando en gran cantidad. Por eso, aparte de miel, se pueden obtener varios derivados más de una colmena”, explicó.

Un dato importante, para Klauser, es que todos los cabañeros vendimos muy bien este año. La línea que marcamos nosotros son dos, la europea, tanto italianas y buckfast, de donde sacamos nuestra propia línea, y en base a eso es lo que vendemos”.