Afirman que se contrataría a un privado para encargarse de llevar los vencimientos casa por casa, a pesar de que es un plus con el que cuentan algunos trabajadores para llegar a fin de mes.
Un gran revuelo se generó en los pasillos de ATER este miércoles cuando llegó la orden de frenar el reparto de boletas con los vencimientos de impuestos.
Es conocido que para muchos trabajadores de la Administradora Tributaria de Entre Ríos, la distribución de las papeletas es un plus que les sirve para complementar sus magros salarios e intentar llegar a fin de mes.
Sin embargo, en esta oportunidad denuncian un negociado de características siderales, ya que se contrataría a una empresa privada para que se haga cargo del reparto.
Todo comenzó cuando llegaron las boletas con los vencimientos de este mes listas para ser llevadas casa por casa.
Teniendo en cuenta el aislamiento obligatorio y las medidas de prevención del coronavirus, se estableció que se encargarían del reparto aquellos trabajadores que no pertenecen o no conviven con personas que forman parte de los grupos de riesgo.
Sin embargo, cuando estaba todo organizado, desde arriba llegó la orden de frenar la distribución, es decir, de no repartir las boletas.
La medida no responde a una prórroga de los vencimientos, sino a que se contrataría a un privado para que desarrolle una tarea que hasta el momento llevan adelante los trabajadores de ATER.
Detrás de esa contratación habría un negociado millonario, que implica hacer llegar las boletas de pago a cada hogar entrerriano.
La situación provocó un gran malestar entre los empleados, que de este modo se quedarían sin un importante dinero extra en sus recibos mensuales, que les sirve para intentar llegar a fin de mes.
Se desconoce si la decisión fue tomada por el actual titular, el contador Germán Grané, o por el anterior, el actual concejal de Paraná Sergio Granetto, o incluso por los contadores Nicolás Brunner, director general adjunto, y Gonzalo Andrés Cuatrín, director de administración.
Más allá de quién está detrás de este posible arreglo, lo concreto es que no solo se trataría de un negociado millonario que le permitiría a algún funcionario y a un privado llenarse los bolsillos, sino que para que se lleve adelante, necesariamente se vaciarán los de los trabajadores.
Algunos empleados de ATER necesitan del plus del reparto de boletas para poder alimentar a sus familias y, en algunos casos, aún con este extra, no les alcanza para llegar a fin de mes.
Esta problemática ya había surgido con el impuestazo impulsado por el gobernador Bordet este año, quien ordenó frenar el reparto de boletas cuando estaba todo listo por temor a la reacción negativa de los vecinos. Fuente: portal de Ricardo David.