Nahir Galarza ya no está sola en su celda de dos metros cuadrados en la Comisaría del Menor y la Mujer de Gualeguaychú, donde espera que quede firme la sentencia por la que fue condenada en primera instancia a prisión perpetua por el crimen de Fernando Pastorizzo. Este fin de semana debió compartir su espacio con otras dos reclusas, pero también con un policía detenido por corrupción.
El lugar donde se encuentra detenida la joven de 19 años fue reacondicionado en las últimas horas. Forraron los barrotes de la puerta y taparon las ventanas con papeles, nylons y cintas adhesivas con la excusa de las malas condiciones climáticas, pero el extraño operativo dejó entrever otros motivos.

Según denuncian fuentes cercanas a Nahir, la intención de la operación “blindaje” no habría sido proteger a Nahir del frío sino evitar que viera a su nuevo vecino de reclusión, no solo porque se trata de un hombre dentro la Comisaría de la Mujer sino, además, por los delitos que lo pusieron tras las rejas.
Se trata del suboficial principal Alejandro Fernández de la División Investigaciones, acusado de cobrar dinero a cambio de liberar zonas y de advertir a los narcotraficantes cuando la Justicia ordenaba allanamientos en su contra.

Justamente una de las víctimas del accionar de Alejandro Fernández fue el suboficial Froilán Pedroza, encargado de custodiar a Nahir durante sus traslados a los Tribunales. Pedroza fue asesinado durante un allanamiento en el marco de un operativo antidrogas.
La joven condenada por el crimen de Pastorizzo está detenida en la comisaría desde el 2 de enero y es visitada solo por sus padres, su hermano más chico y su psicóloga. El próximo 24 de julio se conocerán los fundamentos del fallo. Fuente: TN