La última etapa de restauración en tras bambalinas duró cuatro meses, pero implicó un proceso burocrático más prolongado porque es Monumento Histórico. Ayer, finalmente se mostró al público cómo quedó esa parte vital del teatro donde se arma lo que luego se ve sobre el escenario.
Amílcar Nani
No es poca cosa: frente a uno de los espejos de los camarines del Teatro Gualeguaychú, Niní Marshall se maquilló antes de salir a escena, y en otra ocasión, frente a otro espejo –o quizás el mismo– Carlos Gardel se peinó a la gomina antes de interpretar sus mejores tangos sobre el escenario. Si bien casi todos conocen la parte donde se ubica el público, la que enfrenta el escenario, detrás de este existe un mundo donde se fabrica toda la magia que hace del teatro el arte maravilloso que es.
Ayer, con teatralizaciones, música y recuerdos, fueron inaugurados los nuevos camarines del Teatro Gualeguaychú, ocasión en la cual los vecinos pudieron recorrer y disfrutar de esa parte desconocida del Teatro Gualeguaychú, la auténtica cocina donde los artistas se preparan y los técnicos trabajan para poder brindar el mejor espectáculo.
“Hemos trabajado muy intensamente para llegar a tiempo con la obra y para que quede todo así de lindo. Con esta intervención, el Teatro Gualeguaychú ha quedado sumamente equipado y completo”, explicó a ElDía Pablo Bugnone, subsecretario de Planeamiento municipal.
La restauración completa del Teatro Gualeguaychú comenzó durante la gestión de Juan José Bahillo, y con la llegada de Martín Piaggio al municipio se emprendió con fondos propios la última etapa de restauración para dejar el inmueble a punto y finalizado. El costo total de esta última etapa del proyecto fue de 880 mil pesos.
Fueron cuatro meses de obra neta que llevó a cabo la cooperativa Digioca I, pero antes de siquiera mover una baldosa hubo que hacer todo un proceso burocrático mucho más extenso en el tiempo debido a que el Teatro Gualeguaychú es un Monumento Histórico Nacional, y cualquier trabajo de restauración debe ser aprobada por la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos.
“Por cada uno de los trabajos de restauración que se han hecho hemos tenido que elevar una nota oficial a la Comisión, cuyos integrantes se juntan una vez por mes y debaten se aprueban o no lo que se pretende hacer, y hasta que no remiten una contestación oficial con la aprobación no se puede comenzar con la obra”, informó el subsecretario de Planeamiento.
Entre los trabajos que se realizaron en esta última etapa de restauración se destacan los siguientes:
- Se hizo nueva toda la vereda sobre calle Perón, donde están los dos portones metálicos –que también fueron restaurados– que permiten el acceso secundario al teatro
- Se acondicionó la escalera de cemento que lleva al Paraíso (donde antaño se ubicaban los de clase baja y donde ahora están los equipos de refrigeración y calefacción que fueron adquiridos por Bahillo pero instalados durante esta etapa de la restauración).
- Se colocó y se pintó entera la escalera original metálica que lleva a los camarines, que estaba desarmada y rota, por lo que se restauró entera.
- En los camarines, se colocaron todos los espejos con su respectiva caja de madera circundante con la instalación eléctrica para la iluminación necesaria que demanda el maquillaje de los artistas; se colocaron las butacas que fueron aprobadas por la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos; se colocó toda la grifería; y se realizó la carpintería (mamparas en los baños y puertas corredizas en los espacios de guardado).
- Se restauró el techo del último piso, que tenía filtraciones y se llovía.
- Se colocó el montacarga que va de planta baja al tercer piso.
“El tema del montacarga fue uno de los trabajos más importantes: mientras no estuvo, muchas obras importantes encabezada por artistas de renombres no han podido venir a Gualeguaychú justamente porque no había un montacarga que llevara al último piso todo el equipamiento necesario, como los accesorios, el vestuario y el maquillaje). Generalmente, todo esto viene montado en baúles inmensos y cajas enormes, lo que hace imposible subir todo eso por escalera”, resaltó por último Bugnone.