Mientras el común de los vecinos hace enormes sacrificios por pagar las boletas y los impuestos, los funcionarios se dan la buena vida a costas del Estado y de los contribuyentes
En época de tarifazos, en la que el común de los ciudadanos debe hacer enormes esfuerzos para poder pagar las boletas de los servicios, que aumentan mes a mes, resulta escandaloso que haya funcionarios que sean eximidos de pagar como cualquier trabajador.
Tal es el caso de las autoridades de la empresa de Energía de Entre Ríos SA –Enersa-, que gozan del privilegio de estar exentos de abonar cada mes la boleta de luz.
El beneficio no sería cuestionable si fue exclusivamente para los trabajadores de menor rango de la empresa que, con sueldos modestos y justamente por ser empleados de la misma gozan de esa posibilidad.
Sin embargo, se ven favorecidos también los funcionarios más importantes, que tienen sueldos que superan los 250 mil pesos y que llegan a los 300 mil en algunos casos, y que mantienen bajo siete llaves porque no quieren que se haga pública la suma que perciben.
Pero esas autoridades no solo gozan del invaluable privilegio de no pagar la luz como cualquier vecino, sino que, además, están librados de pagar el impuesto a las ganancias.
Para ser más claros, no es que no lo abonen, sino que es la empresa, es decir, el Estado provincial, con el dinero de todos los entrerrianos, el que paga por ellos.
Según las normativas de la AFIP, con un sueldo promedio de 280 mil pesos, con cónyuge a cargo, y suponiendo que el contribuyente en cuestión no tenga hijos ni alquiler que pagar, el impuesto a las Ganancias se calcula en más de 60 mil pesos.
En conclusión, el Estado no solo le paga al funcionario 280 mil pesos de bolsillo, sino que, además, gasta unos 60 mil pesos para pagar los impuestos que le corresponderían.
A eso hay que sumarle también el costo del consumo energético a nombre del funcionario que, obviamente, sabiendo que el Estado, o sea, los vecinos que pagan impuestos, pagará por él, seguramente en verano deja el aire acondicionado prendido en 18º todo el día y poco repara en esa palabra que bien conocen los trabajadores de este país: “ahorro”.
La situación resulta escandalosa no solo por los exorbitantes salarios que perciben los funcionarios, que en Enersa rondan los 100, sino también porque el Estado provincial y los vecinos que son buenos contribuyentes pagan por ellos el impuesto a las Ganancias y el consumo energético.
Mientras el común de los trabajadores se desvive por llegar a fin de mes y por pagar los impuestos y los servicios, que aumentan permanentemente, hay funcionarios que gozan de beneficios que hoy en día parecen una burla a los laburantes.
Quien se hace cargo de todos los gastos es, por supuesto, el mayor benefactor de quienes se hacen ricos a costas del resto de los ciudadanos: el Estado provincial.
Las preguntas son el gobernador Gustavo Bordet, que tiene algunos amigos en la empresa, ¿sabe esto?, ¿lo autoriza? Fuente: Reporte.com