El 96 por ciento del arroz entrerriano presenta una condición entre buena y muy buena. Y se inició la cosecha en el norte.
En la provincia, la superficie destinada al cultivo de arroz abarca una extensión aproximada de 63.000 hectáreas para el ciclo agrícola 2023/24.
La fenología del cultivo se distribuye desde la etapa de diferenciación, especialmente en lotes que emergieron entre 40 y 50 días después de la siembra, hasta la fase de llenado de granos.
La condición del cultivo a nivel provincial es la siguiente:
Muy bueno: 35%. – Bueno: 61%. – Regular: 4%
En términos generales, el cultivo muestra buenas condiciones. A pesar de la presencia de manchas foliares, se están llevando a cabo aplicaciones preventivas con fungicidas. No obstante, el ambiente seco y la falta de humedad no han favorecido el desarrollo de enfermedades en el cultivo.
Los colaboradores del SIBER indicaron que empieza a evidenciarse la escasez de agua en las arroceras, especialmente en aquellas que iniciaron los riegos de manera más tardía.
En la zona norte de la provincia, se ha iniciado la cosecha de los primeros lotes, destacándose la utilización de variedades de arroz tipo largo fino.
Creció un 10% el área arrocera en el país
Son 200.780 las hectáreas sembradas con arroz a nivel nacional para el ciclo 2023/24, un 10 % (182.300 ha) más que lo sembrado en la campaña anterior.
Esta información surge un reporte elaborado por la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER) junto a la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz, Bolsa de Comercio de Santa Fe, Bolsa de Comercio del Chaco, EEA INTA Corrientes, AER INTA San Javier (Santa Fe) y la AER Las Palmas (Chaco).
En cuanto a la distribución regional de la actividad para el actual período, Corrientes presenta el mayor porcentaje con un 45 %, 90.000 hectáreas
seguido por Entre Ríos con un 31 %, 63.000 hectáreas, Santa Fe, de 29.500 ha, Formosa con un 15%,12.380 ha y Chaco con un 6%,5.900 ha (5% resembrado).
Según el SIBER, la campaña arrocera se vio influenciada por los fenómenos climáticos asociados al evento de El Niño, generando complicaciones en todas las regiones. Este fenómeno resultó en considerables retrasos en la siembra y demás labores culturales que hacen al manejo típico del arroz. Asimismo, en toda el área evaluada se llevaron a cabo resiembras de distinta magnitud debido a los impactos por este evento climático.
Por otro lado, El Niño también tuvo consecuencias positivas en la región. Las precipitaciones generaron un aporte hídrico significativo que resultó en un incremento en área inicialmente planificada.