CAUSA PUERTO YERUA: Los testigos soportaron fuego cruzado y un abogado defensor ventiló sus negocios inmobiliarios

Arias y Bukténica, antes de empezar la audiencia

El juicio oral y público por el reparto de tierras en Puerto Yeruá continuó este miércoles, con la presencia de los primeros tres testigos aportados por la Fiscalía.
Los cuatro abogados defensores de los 9 imputados los sometieron a intensos e incisivos interrogatorios en procura de debilitarlos. Por momentos, lo consiguieron.
La lupa estuvo puesta especialmente sobre el precio de los terrenos que el municipio traspasó a familiares y amigos del exintendente Fabián Cevey, de la secretaria municipal Brassesco y del exasesor legal de la comuna, Julio Larrocca, que hoy no estuvo en la sala.

Los letrados defensores afrontan un desafío que, al menos a simple vista, parece complejo: justificar los precios que pagaron sus defendidos por los terrenos entre 2008 y 2010, del orden de los 6,50 o 7 pesos el metro cuadrado, cuando las tasaciones aportadas al expediente multiplican esas cifras de manera exponencial.

Quedó en evidencia que, además de corroer la credibilidad de esas tasaciones, los defensores intentan justificar los precios calificados como “viles” por fiscalía, argumentando que fueron abonados a cambio de títulos precarios de tenencia, sin que se les diera la propiedad definitiva de los inmuebles. La estrategia podría llegar a tener algún peso siempre y cuando pudieran los acusados demostrar que, más adelante, cuando se les otorgaron las escrituras definitivas y se convirtieron en propietarios, pagaron la diferencia entre aquel valor insignificante inicial y el precio lógico de los predios. ¿Podrán?

 

El agrimensor que nunca fue a ver ni medir los terrenos

El primero en declarar fue el joven agrimensor Maximiliano Giglione, cuyo trabajo como perito se limitó a ubicar en un mapa los terrenos bajo investigación, en base a la información de las escrituras. “Hice un mapa en el que grafiqué la ley de la provincia que cedió inmuebles a Puerto Yeruá” resumió. De inmediato, procedió a ubicar en la imagen en cartulina cada uno de los lotes en cuestión.
El fiscal le pidió que diera mayores precisiones sobre el avance de obra en el predio que recibiera Galarza. El agrimensor respondió que “en agosto de 2012 no había nada”, en 2013 había construcciones que evolucionaron en 2014 y más aún en 2016, todo ello basándose en la aplicación Google Maps.
Ni bien comenzó el interrogatorio de la defensa, Giglione admitió que nunca había ido a Puerto Yeruá a hacer una medición in situ de cada terreno. Explicó que se limitó a constatar en catastro la información de las escrituras y a volcar luego todo eso en un gráfico, utilizando un plano que -reconoció- no es oficial.

Algunos de los abogados defensores llegaron a descalificar a tal punto lo hecho por Giglione que no le reconocieron el valor de una “pericia”, formalmente impugnaron su trabajo y pidieron que el joven agrimensor no fuera tenido en cuenta para acompañar la inspección judicial que hará el tribunal la semana próxima.
El Tribunal no hizo lugar a la impugnación de la pericia que planteó la defensa, por extemporánea, pero a su vez le negó al fiscal la posibilidad de que el agrimensor acompañara la inspección oficial. Esta última negativa se asentó en una cuestión formal: que no había sido “ofrecido” por el Ministerio Público Fiscal para esa tarea.

El duro cruce entre Romero y el “Tono” Larocca

El siguiente testigo que declaró fue el conocido empresario del sector inmobiliario, José Antonio Larocca, que explicó el trabajo que llevó a cabo para tasar el precio de mercado de los terrenos y estimar cuánto habrían valido en el año 2010.
El ingeniero Larocca, con amplia experiencia en tasaciones, precisó que para calcular el precio al año 2010 había hecho una “retrospectiva” teniendo en cuenta que el valor dólar de aquel momento era de 3,92. Y además, le había restado a los precios un 30%, considerando el crecimiento del pueblo.
A la hora de exhibir cifras, comenzó por precisar que el lote matrícula número 137498, de 927 m2, de “excelente ubicación”, con límite norte hacia el río Uruguay, fue tasado en el año 2016 a un precio de $ 1.345.000, en base a 1450 pesos el metro cuadrado, y estimó que en junio de 2010 ese terreno valía 252.395 pesos.
No fue casualidad que empezara por hablar de ese lote. Se trata del mismo por la cual el hijo del dirigente de AFA Julio Larrocca pagó apenas 7000 pesos y monedas. Es también la misma superficie que tiempo después pasó a manos de Graziano y este -según reveló en el juicio- se la terminó vendiendo a Galvani a ¡90.000 dólares, a 100 dólares el metro cuadrado!
Es el mismo lote que el empresario de la construcción terminó devolviendo, acogiéndose a una probation y esquivando así tener que atravesar el juicio oral y público.
De allí en más, el tasador Antonio “Tono” Larocca, a quien Romero le recordó su pertenencia a la UCR de la que fue muchos años atrás candidato a intendente, fue dando los precios de cada uno de los lotes, siempre comparando el momento de la tasación con una estimación de lo que costarían en 2010, cuando fueron transferidos a los privados imputados.
Todos los precios de las tasaciones de Larocca superaron abismalmente los valores presuntamente pagados por quienes recibieron los terrenos del municipio y están imputados en el juicio.

Romero ventiló sus propios negocios sobre la ruta 015

Los cruces del testigo Larocca con los abogados defensores fueron intensos. El primero en interrogarlo fue el Dr. Jorge Romero.
– ¿Vendió algún terreno en Puerto Yeruá?
– No.
– ¿Sabe que otros hayan vendido terrenos con los precios que usted menciona?
– No.
La siguiente carta que jugó Romero fue sacar a relucir un trabajo sobre el mercado inmobiliario efectuado por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entre los años 2008 y 2011, cuando gobernaba la ciudad Mauricio Macri. El abogado explicó que en esa investigación quedaba evidenciado que la variación anual de los precios de los inmuebles había sido del 30%. “Usted reconoce -le espetó a Larocca- un crecimiento de la valuación de sólo 30% en 6 años mientras que en este estudio crecen 30% por año” remarcó Romero.
Lo que vino después fue muy original. Romero ventiló ante el tribunal sus propias operaciones inmobiliarias, que tuvieron a Larocca como intermediario. Contó que en 2011 compró 25 manzanas a la vera de la Ruta 015, cuando todavía la Autovía se estaba terminado, a un precio total de 175.000 dólares y 7000 por cada manzana. “No me puede decir que en 2010 valía 64.000 dólares un terreno de 900 metros cuadrados” comparó Romero.
Larocca reaccionó con vehemencia. “Doctor, Usted me está comparando un campo con un terreno a la vera del río. ¡Por favor Doctor! Yo lo respeto pero no me venga con esas cosas. Yo soy un profesional y usted es un profesional. Cada uno en su ramo. A mí no me venga con esa historia”.
Romero siguió sacando a relucir sus propios negocios. “En el año 2014, 2015, le vendí a los que decían que iban a hacer el shopping en 100.000 dólares, también totalmente en blanco, cuatro manzanas. Está bien, yo gané. Compré 25 hectáreas en 175.000, vendí cuatro en 100.000 y me quedaron 21 hectáreas” precisó, siempre con la intención de minar la credibilidad de la tasación de Larocca, que insistía con que no había punto de comparación entre campos por un lado y lotes en una ciudad y en excelentes ubicaciones por el otro.
Al tasador le preguntaron si había una “base científica” para estimar el valor de las propiedades. Respondió que la expresión “bases científicas” era impropia. “Hay usos y costumbres” agregó.
El abogado Oscar Bacigaluppe le preguntó si el método que había usado para hacer las tasaciones era el único y tuvo que admitir que no, que hay varios sistemas, aunque -insistió Larocca- todos deberían llegar a los mismos valores.
Bacigaluppe le preguntó también por las características de los lotes que compró Galarza. Larocca insinuó que esos terrenos no habían necesitado relleno alguno, porque son llanos. Pero de inmediato se rectificó parcialmente, admitió que no sabía a ciencia cierta si habían sido rellenados, que lo suyo era sólo una inferencia. El abogado aprovechó para pedir formalmente que en la constatación que haga el tribunal sea observado el relleno que “está a simple vista” agregó.
En otro pasaje del interrogatorio, Larocca contó que es usual poner el precio real de las propiedades en los boletos de compra y venta pero otro más bajo en las escrituras.
Ya sobre el final de la intervención de Larocca, Romero alcanzó a arrancarle una respuesta que seguramente aprovechará para defender a sus clientes. “¿Vale lo mismo comprar la posesión de un terreno sin título de propiedad que adquirirlo con título?” El testigo fue contundente en su respuesta: “Sin el título, no vale nada”.
Cabe recordar que uno de los argumentos usados por la defensa para justificar que los terrenos hayan sido adquiridos a precios llamativamente bajos pasa por sostener que al momento de efectuar las operaciones sólo se les traspasaba la tenencia pero no la propiedad, puesto que aún estaban a nombre del Estado provincial.

Maschio, cuestionado por el terreno que recibió su hijo

Por último pasó a declarar Aníbal Maschio, uno de los vecinos que aportaron información a los abogados Mulet y Pagliotto para que fuera presentada la denuncia judicial que dio origen a la causa.

“Como Concejal quise saber qué pasaba con los terrenos y la municipalidad no respondía nada. Entonces pedimos al diputado Lamadrid que nos ayude a conseguir documentación en Paraná y solicitamos la tasación a Larocca” recordó. “Pagamos nosotros” agregó.

Esta última afirmación no pasó desapercibida a los defensores, puesto que Larocca había dicho minutos antes que le había facturado el trabajo de tasación al Concejo Deliberante de Puerto Yeruá.

Pero lo peor para Maschio llegaría cuando el abogado Juan José Bukténica lo inquirió:
– ¿Aníbal Díaz es su hijo?
– Sí. Es mi hijo aunque no lleva mi apellido por decisión de él.
– ¿Tiene idea de cómo hizo para hacerse del terreno donde tiene un negocio junto a su mujer?
– Tengo entendido (titubeando) que debe haberlo comprado, pero no sé.
– ¿La esposa de su hijo es Mariela Fuertes, hija de Benigno Fuertes?
– Sí señor, también destituido y yo tuve que ver con las investigaciones en aquel momento.
– ¿Al terreno lo consigue su hijo del municipio en la época en que Fuertes era intendente y siendo su esposa la hija de Fuertes?
Maschio no pudo menos que admitir que así había sido. Como también, minutos después, reconoció que tiene tierras en Nueva Escocia, por las que no habría pagado ni un centavo.
– ¿Cómo compró el terreno en Nueva Escocia?
– Lo solicité. Tengo la posesión pero no me lo vendieron. Soy poseedor pero no pagué.
– Pero está a nombre suyo.
– Está a mi nombre en ATER y catastro pero no en el registro. Pero yo a la Junta de Gobierno no le compré nada.
Maschio terminó su participación en la audiencia invitando a Bukténica que investigue los manejos que -según él- hace el Presidente de la Junta de Gobierno de Nueva Escocia, Eduardo Yrigoyen. El abogado, con un dejo de ironía, le respondió: “Pídaselo al fiscal. Él es quien investiga”.
Claramente, la estrategia de Bukténica apuntó a poner en evidencia que uno de los denunciantes de la maniobra de reparto de tierras en Puerto Yeruá también se habría beneficiado con lotes bajo similares condiciones. El mensaje implícito pareció ser “lo que hicieron mis clientes es calcado de lo que ha hecho uno de los denunciantes y sus familiares”. Algo así como “todos lo hacen”. Efectista sin dudas el recurso del defensor, sobre todo hacia la tribuna y hacia la opinión pública, aunque no será fácil que el Tribunal lo pondere como un argumento jurídicamente válido a la hora de dictar sentencia.
El juicio continuará el próximo viernes desde las 8,30, cuando se espera que comparezca, entre otros, un perito oficial que aportará sus tasaciones de las propiedades. Fuente: El Entre Ríos