En todo el país, en esta temporada se aplica un sistema que involucra a cosecheros, contratistas, productores, municipios y sindicatos. Se busca instalar en las comunidades productivas las normativas de protección de niños, niñas y adolescentes. El uso de una app permite la detección temprana de menores en los colectivos y activar un protocolo de atención.
De octubre a enero se realiza la cosecha de arándanos en Argentina y desde hace ya un año que en esta época el Comité Argentino de Arándanos y Desarrollo y Autogestión (DYA), ONG especializada en prevención y erradicación del trabajo infantil, implementan en los campos un “sistema de cumplimiento social” voluntario.
¿De qué se trata? Es una serie de acciones de prevención, protocolos de monitoreo y de atención para evitar que las necesidades se traduzcan en trabajo infantil y para fomentar la educación de niños, niñas y adolescentes.
Las zonas productivas que se sumaron al proyecto PAR (Producción Agrícola Responsable) son Tucumán y Entre Ríos, con el pilotaje del sistema en tres empresas: PDJ, KINGBERRY y EXTRABERRIES.
“El modelo promueve la producción responsable y refuerza los servicios comunitarios de educación y salud, por lo que cuenta con el compromiso de los gobiernos provinciales y municipales, del Ministerio de Trabajo de la Nación y de UATRE y RENATRE”, explicaron desde ABC,
Para la prevención, ya se dictaron talleres de capacitación y se activaron campañas de comunicación en los territorios con piezas gráficas y redes sociales.
Para el monitoreo, se desarrolló una app exclusiva que tanto contratistas, responsables de campos y productores tienen en sus dispositivos para detectar, alertar y atender posibles situaciones en las que algún menor intente ingresar a un campo productivo. La aplicación dispara una alerta a las áreas de servicio social de las comunidades para atender el caso.
Y para la atención se acordaron alianzas con fundaciones, empresas y sindicatos para realizar acciones de RSE como puntos educativos digitales, la construcción de centros de cuidado en las comunidades rurales, talleres de formación ocupacional para adolescentes, entre otras.
“Desde el ABC venimos trabajando en el desarrollo y ejecución de una estrategia social nacional. El diseño de este Sistema de Cumplimiento Social es un eslabón clave en nuestra estrategia y pone el eje en los trabajadores y sus familias. Estamos convencidos de que la prevención y sensibilización del trabajo infantil solo se logra trabajando de manera mancomunada a nivel nacional, provincial y municipal. Nuestra prioridad es promocionar la educación y el trabajo decente y eso es lo que estamos haciendo”, explicó Federico Bayá, presidente del ABC.
Por su parte, Maró Guerrero, directora de DyA, señaló que “en tiempos de pandemia, prevenir el trabajo infantil en cadenas productivas nos llevó a generar nuevas estrategias de cuidado y protección y ajustar el modelo a una realidad mucho más compleja. Ante un escenario como el actual, donde hay mayor probabilidad de incidencia del trabajo infantil es vital la articulación entre el sector público y privado para efectivamente llegar a las familias con una red sólida de servicios educativos y de salud”