Tras varios meses de investigaciones, la policía de Entre Ríos logró detener 12 personas -la mayoría mujeres- acusadas del lavado de activo proveniente del narcotráfico. En los allanamientos también se secuestraron 15 kilos de cocaína.
De acuerdo a lo que se precisó, todo el trabajo de investigación estuvo a cargo de la división Toxicología de la Jefatura Departamental Concordia, lo que permitió que en la tarde de este sábado -por disposición del Juzgado federal de Concepción del Uruguay- se desplegó un fuerte operativo policial, cuyo objetivo fue tomar por asalto táctico más de 20 viviendas de Concordia y de Puerto Yeruá, lugar donde algunos de los detenidos fueron sorprendidos mientras disfrutaban de su piscina en la casa que poseían en esa localidad, para pasar los fines de semana.
Las tareas de inteligencia permitieron desbaratar toda la organización narco criminal, que está sospechada de infringir el Artículo 303 del Código Procesal Penal, que castiga a quien “convirtiere, transfiriere, administrare, vendiere, gravare, disimulare o de cualquier otro modo pusiere en circulación en el mercado, bienes provenientes de un ilícito penal”. En este caso puntualmente se apunta a dinero proveniente del narcotráfico, una hipótesis no solo fundamentada con varios meses de investigación, sino también con el secuestro -en uno de los allanamientos- de 15 kilos de cocaína de máxima pureza y más de un millón de pesos en efectivo.
Según precisó una alta fuente policial a Diario Río Uruguay, algunas de las 12 personas detenidas (8 mujeres y cuatro hombre) forman parte de la banda conocida como de “La Tanas”, un clan con asiento en el barrio Cabo Sendros de Concordia y que ya tuvo a sus cabecillas en varias causas por el delito de narcotráfico e incluso con condenas. También se apuntó que entre los detenidos habría un ex integrante de una fuerza de seguridad, el que hace tiempo había sido dado de baja por otro hechos delictivo.
Siempre de acuerdo con los primeros datos, ahora están sospechados de adquirir numerosas propiedades (como la de Puerto Yeruá) y varios vehículos de alta gama, los cuales también fueron secuestrados y puestos a disposición de la Justicia Federal. También se incautó
documentación probatoria, elementos de corte y fraccionamiento, más de 5 armas de fuego de alto poder, un rifle con mira telescópica, más de 50 equipos de telefonía celular, silenciadores, equipos inhibidores de señal satelital y motocicletas de alta cilindrada.