Un nuevo récord acaba de registrarse en el intervenido e insólito mercado de maíz argentino: en apenas un día se cubrió la ampliación del cupo de exportación y el mercado nuevamente volvió a quedar cerrado de facto.
El viernes pasado el Ministerio de Agricultura dispuso la ampliación del cupo de exportación de maíz 2021/22 a 30 millones de toneladas, lo que implicaba que la cuota libre del margen de seguridad pasaba a ser de 27 millones de toneladas.
Pero como el anterior cupo, vigente desde mediados de diciembre pasado, se había acabado a comienzos de este año, los exportadores estaban desesperados por registrar nuevas operaciones en el nuevo contexto de precios internacionales generado por el conflicto ruso-ucraniano.
Entonces este lunes los exportadores registraron ventas externas de maíz 2021/22 por un volumen de 3,89 millones de toneladas, lo que implica que a la fecha ya se registraron para la actual campaña 26,95 millones de toneladas, es decir, ya está prácticamente cubierto el cupo de libre disponibilidad.
La normativa vigente desde fines del año pasado determina que cuando el cupo autorizado de exportación de cereales alcanza el 90% la única manera de seguir registrando embarques es por medio del DJVE-30, lo que implica que las empresas tienen apenas 30 días entre el registro de la operación y la efectivización del embarque.
La cuestión es que las grandes compañías exportadoras suelen emplear el DJVE-360, que establece casi un año de plazo entre el registro y el embarque, porque requieren períodos extensos para coordinar la compleja logística agroindustrial, que depende de factores comerciales, regulatorios, climáticos y hasta geopolíticos.
La operatoria DJVE-30 suele ser utilizada por empresas medianas que exportan pequeñas cantidades de grano por vía terrestre a países limítrofes, pues, obviamente, la complejidad de cargar algunos camiones es bastante menor que las tareas necesarias para completar un buque y coordinar el flete para llegue a destino varias semanas después.
¿Por qué ahora y no antes? Luego de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, los precios internacionales del maíz comenzaron a subir de manera muy significativa. Pero los funcionarios del equipo económico mantuvieron cerrado el registro de exportación del cereal por dos motivos. El primero es para mantener “a raya” los precios internos del producto. El segundo es que, a medida que los valores FOB del maíz subían y subían, prefirieron esperar para maximizar la liquidación de divisas y el ingreso generado en concepto de derechos de exportación, que en el caso del maíz es un 12% del valor FOB.