Arándanos, en la encrucijada: “Con la presión impositiva y sin acuerdos de libre comercio, estamos quedando afuera del mercado”

“Somos los campeones morales, nos dan la razón en todo pero no nos dan ninguna solución”.

La frase, pronunciada por Adolfo Storni, presidente de Extraberries Concordia SA, resume como pocas la frustración del sector fruticultor argentino en su relación con el Estado, en un contexto en el cual la presión impositiva y las barreras arancelarias están dejando a la fruta del país “afuera del mercado” mundial.

Entrevistado por el programa Despertá con Nosotros, por Oíd Mortales Radio, Storni admitió que para los arandaneros -al igual que para el resto de las frutas argentinas- el 2018 fue “muy lamentable”, con muchas complicaciones: “problemas climáticos”, el “colapso del mercado” por la sobre oferta peruana y, como si no fuera suficiente, las retenciones y “una de las energías más caras del país”, en alusión a la tarifa eléctrica entrerriana.

El directivo de una de las firmas líderes del sector detalló rasgos salientes de lo que bien podría considerarse una “tormenta perfecta” para el arándano, ya que vive un presente sin rentabilidad al mismo tiempo que necesita de manera urgente reconvertir variedades, para adaptarse a la nueva modalidad de envíos que impuso especialmente Perú: un tipo de fruta que dure lo suficiente como para viajar en barco, con un costo de flete muy inferior al del avión.

En ese contexto, y a título “personal”, Storni arriesgó una opinión sobre la inversión en el Aeropuerto de Concordia a través de un crédito del BID. La calificó como “innecesaria”. “Antes de tener un aeropuerto, necesitamos reconvertirnos”, aseguró.

Tres pedidos concretos y ninguna respuesta

Adolfo Storni recordó que a fines de 2018, por “primera vez” las cuatro entidades representantes de la fruticultura argentina emitieron un comunicado donde pedían al Estado nacional “una serie de medidas que entendemos necesarias para atender la emergencia que estamos atravesando: que vuelvan los reembolsos al nivel anterior -en Agosto los bajaron casi a la mitad-; que desaparezcan las retenciones o, dada la emergencia que siempre alega el Poder Ejecutivo nacional, que en vez de 4 se nos cobren 3 pesos; y, en tercer lugar, poder utilizar los saldos de IVA como pago a cuenta de otros impuestos, como cargas sociales por ejemplo”.

– ¿Recibieron algún tipo de respuesta?

– No. Ninguna. Ese comunicado no tuvo ninguna respuesta. Pedimos una reunión con el ministro Dante Sica y no nos pudo atender. Solamente hemos estado participando de las mesas de competitividad con el Secretario Luis Miguel Etchevehere y su equipo. Todos nos dan la razón, ven lo arbitrario e injusto de todo lo que genera problemas de competitividad a la fruta argentina. Somos los campeones morales, nos dan la razón de todo pero no nos dan ninguna solución. Siempre dicen que la llave hoy está en el Ministerio de Hacienda, que Dujovne tiene una política clara de llegada al déficit cero en el 2019, pero la realidad es que nosotros, para sostener macroeconómicamente al país o para paliar los errores de 70 años de malos gobiernos, tenemos que pagar los platos rotos.

Nostalgias de un pasado que ya no está

Sin rodeos para decir las cosas, Storni consideró que “con la presión impositiva que tenemos y sumado a que Argentina no tiene acuerdos de libre comercio con los principales bloques comerciales, hoy nos estamos quedando afuera del mercado”.

Recordó que “las mandarinas de Entre Ríos y Corrientes tenían un gran peso, al punto que Argentina era el principal exportador del hemisferio sur y estábamos arriba de 100 mil toneladas exportadas, pero hoy nos han pasado Sudáfrica, Chile y Perú. En el caso de los arándanos éramos los dueños de la ventana comercial de septiembre y octubre. Hoy Perú ya nos pasó, prácticamente está exportando cinco veces más que Argentina cuando hace cinco años casi no existían. Sudáfrica es un exportador de peso que nos desplazó del mercado inglés y del norte de Europa y ni hablar de lo que es Medio Oriente y Asia”, describió.

Por paradójico que parezca, ni siquiera las buenas noticias sirven para frenar la caída. “Se acaba de abrir el mercado de arándanos para China y el arancel de Argentina es del 30%, a lo que se le suma al 12% de derechos de exportación y los menores reembolsos. O sea, a nosotros, si nos dedicásemos a exportar todo a China, casi la mitad del producto de la venta serían impuestos en origen y en destino. Claramente no se puede participar en esos mercados”, aclaró Storni.

La agenda impositiva es “anti producción y anti exportación”

El directivo de Extraberries cargó contra la “agenda impositiva tan claramente anti producción y exportación”, que potencia los malos efectos al conjugarse con “la falta de acuerdos de libre comercio”, todo lo cual -insistió- “nos está dejando afuera de los mercados”.

– En este escenario, ¿es posible aún competir?

– Es muy difícil. Nosotros somos un sector que tenemos un potencial de aumentar la producción, de generar mano de obra, de traer divisas al país, y lamentablemente nunca ha habido un plan. Lo que queremos es que nos dejen trabajar, que tengamos una carga impositiva razonable como la que tienen nuestros colegas de Perú o de Chile, y que Argentina tenga una agenda de apertura hacia el comercio. Hay otras cuestiones menores que hacen a la tasa de interés, las leyes laborales, la industria del juicio, todos esos sobre costos, algunos insumos cartelizados y se pagan sobre precios comparados con los que se pagan en Chile o Perú…

La energía de Entre Ríos, una de las más caras

Los reclamos de los exportadores de fruta también apuntan al Estado provincial. “En Entre Ríos estamos pagando una de las energías más caras del país y una carga impositiva altísima. Además tasas municipales”, lamentó Storni.

– Así las cosas, ¿está muy comprometida la temporada 2019?

– Después de que termina la cosecha, empiezan las tareas culturales de poda, que demandan mucha mano de obra y son muy costosas. Hay muchos productores hoy que no están en condiciones de afrontar la poda, porque no han tenido un excedente, un margen, una ganancia para poder meterla en el costo. Sí, la situación es que Argentina claramente irá bajando su volumen de producción y exportación.

La obra del aeropuerto de Concordia, ¿innecesaria?

Adolfo Storni aprovechó para explicar cuán urgente resulta la reconversión de las variedades de arándano, tras los cambios que impuso Perú, abaratando el flete mediante el uso de contenedores en vez de aviones.
“No nos tenemos que olvidar que Argentina necesita hacer toda una reconversión varietal del arándano. Nosotros estamos hoy trabajando, diría que casi toda Argentina, con variedades que fueron diseñadas pensando en una carga en vía aérea y hoy el mercado, con la irrupción de Perú y con la oferta de Chile y Sudáfrica, utilizan masivamente el contenedor. Casi el 90% de lo que cargan nuestros competidores van en container reduciendo sustancialmente el precio del flete. Nosotros, cuando estábamos solos, teníamos precios mucho mayores y podíamos darnos el lujo de pagar más flete. Ahora, lamentablemente tenemos que reconvertirnos porque no existe más esa ventana de exportación por vía aérea. Tenemos que ir todos hacia una fruta que aguante un viaje de 30 días. La logística te pide que soporte 30 días pero a su vez los consumidores quieren que la fruta sea grande, de color, crocante. Hay toda una demanda nueva de atributos que Argentina tiene que hacer esa reconversión porque si no, también nos vamos a quedar afuera. Y el punto es que sin rentabilidad no podemos hacer esa reconversión”.
– ¿Le servirá al sector del arándano las obras para que el aeropuerto de Concordia sea internacional de cargas?
– Argentina, si no logra pasar el 80% del volumen exportado a contenedor, se va a quedar afuera. El avión va a ser algo muy puntual para el mes de septiembre y después el resto de los meses va a ser de carga en contenedor.
A nivel personal, creo que la obra del aeropuerto de Concordia, al sector del arándano no le agrega nada, porque va a ser un gasto muy grande para la provincia. Uno quisiera que esos fondos se apliquen a programas fitosanitarios, a mejorar los accesos, a abrir mercados, a negociar de otra manera.
Tucumán hizo un aeropuerto y hoy, por la necesidad, todo el mundo está virando hacia el contenedor y el volumen exportado de arándanos desde Tucumán ha caído bastante.

Yo entiendo que es una obra, en este momento y dadas las dificultades, innecesaria. Antes de tener un aeropuerto, necesitamos reconvertirnos, hacer protecciones contra lluvias, que todos los productores tengan sistemas anti heladas, mejorar los riegos. Si uno aplicara una mínima fracción de lo que nos costaría ese aeropuerto a potenciar y reconvertir el sector de la producción, sería mucho más provechoso para el país, porque en definitiva uno quiere las inversiones que traigan empleo e inversión y exportación, y un aeropuerto por sí mismo no trae todo eso. Fuente: Oíd Mortales Radio.