Fue un encuentro absolutamente imprevisto. También imposible de olvidar. Un domingo que no se parecerá a ningún otro para esta familia del Barrio Puerto de Concordia.
Estaban aprovechando el día libre para el operativo limpieza de una casa que estuvo un tiempo en desuso y ahora volverá a ser habitada. De pronto, la señora caminó hacia el baño y en el pasillo se topó con un lagarto. Quede claro que no hablamos de una lagartija, por ejemplo, pequeña y escurridiza. No. Este es un lagarto overo propiamente dicho, que, si se le suma su cola, tal vez llega al metro de largo.
Al susto le siguió el desconcierto. El animal, como queriendo ayudar a que no cunda el pánico, se metió solo en el baño. La familia cerró la puerta para que de allí no salga y de inmediato comenzaron los cabildeos: ¿Qué hacer? ¿Cómo proceder? ¿A quién llamar? Y a medida que pasaban los minutos, otros interrogantes: ¿Estará bien? ¿No necesitará líquido para hidratarse?
Eran las 11 pasadas de la mañana del domingo cuando vía WhatsApp comenzaron con las consultas. Primero se contactaron con Marcelo Cortiana, el hombre del Parque San Carlos, que lamentó no poder concurrir, pero enseguida sugirió que llamaran a Bomberos Voluntarios. Claro que había incendios que priorizar y desde el cuerpo de bomberos aclararon que no podrían asistir enseguida. Otro llamado fue a Horacio Froy, un conocido defensor de los animales, que también buscó orientar y ayudar.
No sin temores, se animaron a entreabrir la puerta del baño y colocar un recipiente con agua. Grande fue la sorpresa al ver que no quedaba ni una gota, cuando varias horas después finalmente se produjo el “rescate”.
En efecto, pasaron aproximadamente 6 horas hasta que los bomberos pudieron hacerse presentes. Vinieron y con destreza y especial actitud de servicio se llevaron al lagarto, que se había tomado hasta el último sorbo del agua que la familia le había puesto a disposición.
“Estamos muy agradecidos a todos, a Marcelo Cortiana, a Horacio Froy y especialmente a los bomberos, por la enorme disposición para ayudar. No tenemos el conocimiento necesario para saber cómo proceder con un animal de estas características, para sacarlo de la casa sin lastimarlo y, además, garantizando que tenga un buen destino. Sabemos que ellos sí saben y por eso los llamamos”, explicaron.
El domingo de limpieza se volvió una experiencia única que la familia no olvidará por años.Fuente: El Entre Ríos