Tuit del presidente Alberto Fernández, la noche del jueves. Informa que “hoy Felipe Solá me trajo la buena noticia de que México adjudicó a la Argentina un cupo de 100 mil toneladas de porotos negros por año, que significa unos 140 millones de dólares para las provincias del NOA”.
Semejante noticia no podría ser menos que celebrada. El poroto es una economía regional muy importante para Salta y en menor medida Jujuy, que producen diferentes variedades de esa legumbre y usualmente necesitan de mercados externos para colocar esa mercadería, pues en la Argentina el consumo siempre ha sido bajo. Bienvenido sea pues la apertura mexicana. Ese país es uno de los mayores consumidores mundiales del poroto negro. Y el precio para hacer negocios parece muy tentados, pues por los datos que aportó el presidente sería de cerca de 1.400 dólares por tonelada.
Pero lo que dice el anuncio presidencia no es tan cierto: ni México acaba de habilitar una cuota de importación de porotos exclusiva para la Argentina ni los productores podrán venden ese cultivo a semejante precio. Ni en sueños. Se cobra menos de la mitad de eso.
Como en el truco, dos de los principales funcionarios de gobierno (el presidente y su canciller) se anotaron un poroto, pero recurriendo a una mentira.
Para conocer la historia de esta cuota hay que remontarse a 2017. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ponía espeso con eso de que iba a construir un muro en toda la frontera con México, porque no quería más inmigración ilegal. El gobierno mexicano retrucó a esa escalada diplomática diciendo que iba a suspender las compras de alimentos desde su vecino del norte, cosa que nunca sucedió. Pero sí reavivó tratativas con varios países interesados en venderle alimentos, entre ellos la Argentina, que había perdido la chance de exportarle porotos mucho tiempo atrás, en 2000.
En mayo de ese mismo año, es decir hace tres años, el Ministerio de Agroindustria dio a conocer una buena noticia. Señaló que “la Secretaría de Economía de México anunció que permitirá importar un volumen total de 100.000 toneladas métricas de porotos secos blancos y negros, a través de un cupo en el que aplicará arancel 0. El objetivo que busca el gobierno mexicano con esta medida es asegurar el abasto nacional de este alimento que forma parte de la canasta básica del consumo de ese país”.
Eran tiempos del gobierno de Mauricio Macri, que se ufanaba de la apertura de muchos mercados. Pero en el mismo escueto comunicado oficial, aquella gestión no hacía mucho barullo. ¿Por qué? Básicamente porque no era la que se había habilitado una cuota de importación disponible únicamente para la Argentina, sino que había que compartirla -y competir- con otros países. Siempre y cuando fueran “miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) con los que México no tiene celebrados acuerdos o tratados comerciales, entre los que se encuentra la Argentina”, se establecía.
En rigor, el gobierno argentino informaba que “la reapertura de la cuota para la importación de porotos secos de cualquier origen” estaría vigente entre el 16 de abril y el 30 de noviembre de 2017. “A través de la asignación directa a los importadores, el gobierno mexicano administrará este cupo de importación para los países”, agregaba.
Nada ha cambiado desde entonces. Por lo menos, no hay nada nuevo que sepan los actores del negocio de las legumbres. La cuota mexicana es la misma que era entonces y la Argentina la ha podido aprovechar poco y nada de ella. Un informe de ProSalta, indicó que en “analizando los datos de las exportaciones salteñas al mundo en los últimos cinco años, pudimos determinar que los principales mercados de destino de legumbres son Brasil, Venezuela, Argelia, España, Italia y Turquía”.
Solo se hicieron algunas exportaciones de poroto negro a México, Pero el grueso de ese mercado siguió siendo atendido por Estados Unidos, que sigue cubriendo la mayor parte del cupo arancelario que ahora anuncian Felipe y Alberto. como una panacea. (Nota del redactor: Lo que debe haberle contado Felipe a Alberto es que México había avisado de la apertura de esta cuota para el corriente año). Pero nada es nuevo ni tan provechoso.
Un trabajo publicado por la propia Cancillería Argentina en agosto de 2018, y elaborado por la embajada en ese país, confirma que ingresar al cupo para los exportadores argentinos no es tarea nada sencilla, ya que el beneficio del arancel 0% (por fuera del cupo se cobra un prohibitivo 45%) “debe ser solicitado por el importador mexicano, bajo la lógica primero llegado, primero servido”, y que además “la ventana para solicitar el cupo es corta”.
Esto ha hecho mínimos los embarques. Según los datos del gobierno mexicano y publicados por la Cancillería que ahora dirige Solá, si en 2017 se exportaron a ese país 8 mil toneladas de poroto negro de Argentina, en el primer semestre de 2018 esos negocios habían caído a menos de 800 toneladas, una décima parte.
“La de México es una cuota para todos los países de la OMC. Cuando ellos habilitan la cuota es con fecha fija. Generalmente en principio podemos entrar con algo, hasta que llega Estados Unidos y cubre todo el saldo. Por eso en los últimos dos o tres años casi no se usó”, comentó un ex funcionario empapado del asunto, y que dista mucho de ser como lo anunció el presidente.
Pero si este anuncio presidencial sobre la apertura de la cuota ya era forzado, mucho peor parado quedó Alberto al decir que la cuota de exportación de 100.000 toneladas a México implicaría ingresos por unos 140 millones de dólares para los productores del norte del país. Eso representaría que cada tonelada de poroto negro exportada se valorice a 1.400 dólares, un precio de ensueño.
En el mejor de los casos, la tonelada de ese producto se está exportando a un valor de 750 dólares. “Este anuncio es ‘vendehumo’ total. En el mejor de los casos una tonelada de poroto negro puesta en México puede valer 800 dólares”, confirmó un asiduo exportador, que además ratificó que Argentina compite allí con otros muchos países. “Ojalá se abriera una cuota de exportación exclusiva para nosotros, porque esto nos llevaría a aumentar la producción. Pero lamentablemente no es así”, añadió. En el norte se siembran unas 300 mil hectáreas de porotos todos los años.
Hasta el propio Estado, a través del Ministerio de Agricultura, fija un valor FOB oficial para el cálculo de las retenciones que es mucho menor, de solo 580 dólares en la actualidad.
Desengañados, los productores salteños consultados por Bichos de Campo dijeron que el furcio presidencial sería una buena oportunidad para invitarlo a revisar la estructura impositiva que pesa sobre el sector, sobre todo en materia de retenciones. Uno de ellos contó que por efecto de ese impuesto (que se aplica sobre el valor FOB) “si en el mundo la tonelada de poroto llega a valer 1.000 dólares, por los altos costos de exportación y las retenciones que pesan sobre el sector, en el mejor de los casos el productor del norte termina cobrando 600 dólares”.