Alan Pichot, el mejor ajedrecista argentino entre los mejores del mundo, y con margen para crecer

El muchacho de 22 años, que jugó un torneo en San Salvador hace un par de años, se destaca y es un digno seguidor de la estela que dejaron Miguel Najdorf, Oscar Panno y Carlos García Palermo; llegó a vencer a Magnus Carlen por internet y, aún joven, puede progresar bastante todavía; va a disputar la Crypto Cup contra las estrellas.

Dueño de muchas virtudes, Alan Pichot, de 22 años, es el mejor ajedrecista argentino del presente.Instagram @alan.pichot

Alo largo de su historia, el ajedrez argentino siempre ha tenido algún jugador capaz de lidiar con los mejores del mundo. Señaladamente Miguel Najdorf fue parte de esa elite a mediados del siglo XX. En su devenir deportivo derrotó a seis campeones mundiales. Luego Oscar Panno tomó la posta y se ganó un lugar de respeto y admiración en la cima del ajedrez internacional. Entre los grandes momentos del ajedrez argentino figura el triunfo del gran maestro platense Carlos García Palermo sobre Anatoli Karpov, siendo éste campeón del mundo, a comienzos de los años ochentas.

Hoy, en plena transición del ajedrez presencial al informático, también tenemos un jugador de categoría de elite: se trata de Alan Pichot, de apenas 22 años. Con esa edad, competir mano a mano con los mejores, que en su mayoría son bastantes mayores, no sólo habla de su talento, sino que además da la pauta de un margen de mejora sustancial. Desde niño Alan se destacó como un talento superlativo. Una muestra fue su conquista del Campeonato Mundial Sub 16. En la actualidad Alan es el mejor jugador argentino, pero también ha logrado un lugar entre sus colegas de elite fronteras afuera.

Pichot es talentoso para el juego rápido online, que ha ganado popularidad en el planeta por la pandemia; a su edad, todavía tiene un amplio margen de mejora.Instagram @alan.pichot

Si bien la pandemia ha producido un shock en el ajedrez presencial, también se registró un boom del ajedrez online y Alan está muy bien preparado para ese cambio. Gran jugador en el ajedrez clásico, Pichot es un rayo en las partidas rápidas. Tiene pocos rivales en este ritmo de juego y ha vencido al campeón mundial, Magnus Carlsen, en partidas por internet. Conviene definir que el ajedrez online de hoy es el equivalente a las partidas rápidas de ayer.

En su momento, el patriarca del ajedrez ruso, el gran Mikhail Botvinnik, consideró que las partidas rápidas eran la muerte del ajedrez. Esa opinión dogmática es insostenible en la actualidad. Al revés de lo que creía Botvinnik, el ajedrez rápido vía internet resultó el motor para que el juego alcanzara una popularidad global inusitada. La destreza para jugar en esta modalidad es indispensable para el ajedrecista moderno. Y Pichot la tiene. Además, no hay tantas diferencias con respecto al ajedrez clásico. En ambos conviene estar bien preparado teóricamente, tener conocimiento estratégico y tomar decisiones con confianza. En el ajedrez rápido son importantes el cálculo veloz de variantes y la intuición. No hay espacio para el filósofo que duda.

Pablo Ricardi PARA LA NACION