La sequía define el negocio ganadero, dijo el especialista Víctor Tonelli en Nogoyá. Si la seca no se corta, vaticinó, en 2024 habrá un millón de terneros menos. Instó a los productores a dejar de crecer en tenencia y empezar a crecer en eficiencia y productividad. ¿Qué pasará con China?
La ganadería argentina se encuentra en un escenario complejo que se asemeja, como sostienen algunos especialistas, a una tormenta perfecta. La coyuntura es complicada, básicamente, por la sequía que es hoy la variable que define el negocio ganadero, dijo en Nogoyá el consultor y productor Víctor Tonelli, al disertar en el marco del inicio de la Expo Victoria-Nogoyá 2022.
Hay también otros factores que impactan, como la guerra Rusia-Ucrania, que ha generado la desaceleración de la economía más importante de los últimos años, con impacto en las exportaciones argentinas de carne, y, asimismo, la caída de los precios de las ventas a China.
“Estamos en un escenario complejo. No quiero ser extremista, pero a finales de enero prácticamente el 90% de la ganadería argentina, si no se equivocan los pronósticos (que vaticinan pocas lluvias), va a estar en situación muy crítica”, alertó Tonelli, para quien “esto, claramente, condiciona el negocio” en el corto plazo. “Si no tenemos oferta forrajera vamos a tener que liberar carga, y esto no es otra cosa que mandar a faena, porque suplementar en estos momentos es muy difícil”.
Eficiencia
Durante su charla en la Sociedad Rural de Nogoyá, de la que participaron el presidente de la entidad anfitriona, Carlos Mihura; el titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes; y el vicepresidente de la Sociedad Rural de Victoria, Gonzalo Dumont, Tonelli hizo énfasis en la eficiencia. Repasó, en este sentido, que desde 2018 en adelante el acuerdo con China para el ingreso de carne con hueso hizo que la ganadería argentina tuviera la posibilidad de cubrir la demanda del país asiático con la carne de los animales que llegan al final de la etapa reproductiva. “Nos dio una enorme oportunidad, con buenísimos valores, y pudimos aprovechar para ir depurando los rodeos”, señaló.
Tonelli, además, estimó que 2022 cerrará con un stock “de unos 54,5 millones” de cabezas, al tiempo que exhortó a “invertir en pasturas e infraestructura para mejorar la eficiencia, porque las vacas ya las tenemos, falta comida”.
Ponderó, además, el crecimiento “significativo y exponencial” de la tasa de destete. Según el último dato –no oficial–, reveló, “estamos en el 67% de marcación. Este año superaremos cómodamente los 15 millones de terneros”.
Para Tonelli, la ganadería argentina puede ingresar en un proceso similar al de los Estados Unidos de hace 40 años; es decir, dejar de crecer en tenencia y empezar a crecer en eficiencia y productividad. “Es lo que siento que está ocurriendo en Argentina. Cada vez somos más eficientes y esto significa resiliencia de cara al futuro. Si hay algo que nos permitirá sostenernos en el tiempo es pasar de ser tenedores de vacas a empresarios ganaderos”, observó.
Exportaciones
Tonelli, en otro orden, habló de China, el principal destino de las exportaciones cárnicas argentinas, y explicó que en la actualidad los precios que ofrecen los exportadores del gigante asiático se ubican entre un 25% y 35% menos que los de hace tres o cuatro meses.
Hay razones que lo explican: Brasil inundó China con más de 500 mil toneladas peso producto, en el país asiático hay mucho stock, y, sobre todo, ha bajado significativamente la demanda, entre otras razones, por la política de Covid cero de Beijing.
El especialista, sin embargo, dijo que “mi percepción es que en diciembre China volverá a comprar pero no con los valores que supimos tener”.
Recién en febrero habría una recuperación de la Unión Europea, agregó Tonelli, y vaticinó que Estados Unidos será “un excelente mercado para todo tipo de carnes”.
Cepos
Tonelli también habló de los cepos, del formal, pero especialmente del informal –o “fantasma”– que es, explicó, “un acuerdo de pasillo entre el Gobierno y el ABC que se subió a 34.500 toneladas”.
“Lo anuncian pero no está regulado, por eso digo que es fantasma. Y me da mucha bronca, me enoja, porque fue cerrar la puerta para hacer un cartel exportador dado que dejaron afuera a aquellos que no tenían plantas”, subrayó.
Argumentos ridículos
El consumo, según las estimaciones de Tonelli, va a superar los 115 kilos de carnes por habitante y por año (49 kg de carne vacuna, 49 kg de pollo, 17 kg de cerdo y 2 kg de ovinos y caprinos) por lo que “es ridículo sostener que el Gobierno cierra las exportaciones para mantener la mesa de los argentinos”.
“Otro argumento ridículo es decir que se desacoplan los precios internos de los internacionales para que no impacten en la economía argentina porque, con el doble tipo de cambio, las retenciones no nos desacoplan, nos recontra desacoplan”.
“Lo que ha caído es el poder adquisitivo por la inflación, el salario está destruido”, cerró Tonelli.
En la foto, Mihura, Tonelli y Chemes, el viernes en Nogoyá.
Danilo Lima / Código Campo