La historia arranca desde nuestros aborígenes, verdaderos conocedores del culto a la tierra, pasando por aquellos inmigrantes europeos que hacia fines del siglo XIX la trabajaron para autoabastecerse y lograron sobrevivir en un lugar desconocido, dejando atrás un pasado de interminables guerras e inestabilidad; desde todos ellos, hasta nuestros productores contemporáneos que con el éxito han logrado superar las barreras impuestas por las políticas gubernamentales nacionales e internacionales y han hecho de su producción una empresa.

Todos y cada uno de ellos soñaron con un futuro próspero de trabajo y estabilidad. Por eso mismo ellos son elementos claves en el momento de pensar en un futuro común, con justicia, bienestar y posibilidades para todos.

Porque son parte de nuestro pasado y porque construyen día a día el porvenir del país, desde aquí se saluda a todos los que viven de y para el campo.