San Salvador Celebró a Santa Teresita con una Multitudinaria Fiesta Patronal

San Salvador vivió una jornada de intensa fe y participación este miércoles 1 de octubre al celebrar su Fiesta Patronal en Honor a Santa Teresita del Niño Jesús. Las distintas actividades programadas, que incluyeron misas, una extensa procesión y un festival posterior, convocaron a una impresionante multitud de fieles.

La celebración se cumplió por primera vez el 1 de octubre, pues habitualmente sucedía el día 3 de octubre de cada año.

 

Un día dedicado a la Patrona

Los actos religiosos comenzaron temprano, con una misa a las 7:00 de la mañana. Sin embargo, los momentos cumbre fueron a media mañana con la procesión y la posterior Misa central.

La procesión de este año tuvo un recorrido extendido en comparación con ediciones anteriores. Los fieles partieron del predio parroquial, recorriendo el Boulevard Villaguay hasta la Avenida Malarín, siguiendo por 25 de Mayo hasta la Avenida De los Rusos, y retomando el Boulevard Villaguay para finalizar en el patio parroquial, el epicentro de la Santa Misa Patronal.

 

La celebración central

La celebración eucarística, que contó con una masiva presencia de fieles, fue presidida por Monseñor Gustavo Zurbriggen, obispo de Concordia. La misa tuvo un emotivo carácter de reencuentro, ya que participaron varios sacerdotes que previamente ejercieron como párrocos en San Salvador.

Durante su homilía, el Obispo se refirió a la patrona de la ciudad: «Estamos celebrando como comunidad creyente la fiesta de la patrona, Santa Teresita del Niño Jesús«. Además, recomendó enfáticamente la lectura de la carta que el Papa Francisco escribió en octubre de 2024 con motivo del 150° aniversario del nacimiento de Santa Teresita.

Zurbriggen destacó la enseñanza central del Pontífice: «El tema principal es la confianza en el amor misericordioso de Dios. La confianza, decía Santa Teresita, puede conducirnos al amor. Solo la confianza y la fe lo pueden conducir al amor que todo lo da». El Obispo concluyó invitando a los presentes a convertirse en «canales de misericordia para los hermanos» a través de la fe y la confianza en la gracia divina.