Menos miel: las abejas también son víctimas de la sequía

Los apicultores están muy preocupados porque la producción de miel va a registrar uno de los valores más bajos de la historia. La falta de precipitaciones, al igual que en otras actividades agropecuarias, impactó de lleno y la situación económica comienza a complicarse.

“El agua es todo”, dicen los que saben. Por esa razón, la prolongada sequía que afecta a casi todos los sistemas productivos de nuestro país está generando alteraciones en las distintas actividades. En este caso, la apicultura no escapa a este drama. Ocurre que este fenómeno climático puede tener una influencia variable en la productividad de miel en las colmenas. La misma está condicionada por diferentes factores, entre otros, la distribución de las lluvias y su relación con los ambientes en los que se encuentran las colonias.

El ABC Rural dialogó con quienes son los protagonistas directos de las consecuencias por las que nuestro país tendrá una campaña austera de producción de miel: los apicultores.

“La situación es desastrosa. En las regiones donde las lluvias no acompañaron, los apicultores van a sufrir importantes pérdidas de producción”, destacó el vicepresidente de la Sociedad Argentina de Apicultores (SADA), Juan Kussrow.

 

“Las abejas no tienen alimentos”

La zafra comenzó en algunos sitios y las perspectivas no son para nada alentadoras. Kussrow es un apicultor de unas 2000 colmenas distribuidas en diversos campos del norte bonaerense. “Tengo apiarios en Ramallo, Pergamino, Salto, Arrecifes, San Pedro, entre otras zonas. En todos los sitios la situación es extremadamente compleja”, expresó preocupado.

La sequía puede tener una influencia variable en la productividad de las colmenas.

Por esa razón, tuvo que trasladar varias colmenas a las islas del Paraná para poder conseguir mejor alimento para sus abejas, aunque reconoce que la miel que obtendrá allí es más oscura y no recibe el mismo pago que la miel clara que recolecta en sus campos tradicionales.

“La miel oscura cuesta venderse en el mercado. Sin embargo, no nos quedó otra opción que ir a las islas en busca de alimentos”, reconoció. Según el entrevistado, el kilo de miel oscura cuenta 300 pesos, contra 470 que se paga la miel clara.

“Hay apicultores que no sacaron nada de miel. Esto es alarmante porque la inversión que la actividad requiere es muy grande para que la colmena llegue viva al próximo año. Va a llevar tiempo recomponerse”, dice.

“Este año hubo zonas donde tuvimos que llevarles agua”

Si bien llama la atención, no es una sorpresa el testimonio de Kussrow. Como ocurrió muy pocas veces en la historia, esta temporada muchos apicultores tuvieron que llevarle agua a las abejas para que pudieran producir.

“Este año tuvimos que llevar agua a los campos donde tenemos las colmenas. La falta de precipitaciones provocó que los arroyos se secaran y este recurso importante brilló por su ausencia”, destacó.

Además, dijo que los más complicados son los apicultores grandes. “Somos los que vivimos de la actividad. No tenemos otra fuente de ingreso que no sean las abejas. Por esa razón es que estamos muy preocupados”, indicó.

 

En Santa Fe la situación es compleja

Por su parte, un informe elaborado por el INTA Casilda, al sur de Santa Fe, muestra a las claras que el malestar de la actividad es generalizado.

De acuerdo a lo que explican los especialistas del instituto, en amplias regiones del sur santafesino es escaso el monte nativo y existen agrupamientos arbóreos implantados en pequeña cantidad. Por eso, la disponibilidad de agua en el corto plazo es vital para que se implanten y crezcan especies que brinden recursos alimenticios a las abejas.

Hasta las colmenas acusan el golpe de la sequía: Estiman que la producción de miel de este año será muy baja e impactará en el precio final

“La productividad de las colmenas estará condicionada por la presencia y la capacidad de estas especies vegetales para desarrollarse y llegar al estado reproductivo ofreciendo polen y néctar en cantidades adecuadas”, describen.

En ese sentido, Ezequiel Bertozzi, veterinario y autor del informe, explica que el resultado se plasmó en la variabilidad de la condición de las colmenas entre los diferentes apiarios. “Las colmenas que no se alimentaron oportunamente, sosteniendo su desarrollo de manera artificial, probablemente tendrán un pobre desempeño productivo”, dijo.

En las empresas apícolas, el valor de los alimentos artificiales, tiene un notable peso en el costo de producción, y es de esperar que impacte en el costo por kilo de miel producido.

“La falta de floración profundizó la crisis del apicultor”

Juan José Angles, es apicultor de Pergamino, Buenos Aires y coincide con sus pares en que la falta de lluvias generó una clara falta de vegetación en el campo y, por ende, de floración.

“Si bien todavía no comencé a cosechar la miel, estimo que las pérdidas productivas serán de alrededor del 40% en esta zona. No hay dudas que es un número que nos asusta”, sostuvo en diálogo con este medio.

Además, destaca que fue un año atípico, más allá que la sequía los vienen preocupando desde hace más de dos temporadas. “Venimos sufriendo mucho la falta de floración en la apicultura desde hace mucho tiempo, pero nunca como este año”, aseguró Angles.

En ese sentido, explicó que el apicultor que vive exclusivamente de la actividad está muy golpeado. “Si baja la producción, baja la rentabilidad y aumentan los costos. No es un buen panorama para los que viven de esta actividad: están muy golpeados”, manifestó.

 

Programa del Gobierno para fortalecer a la cadena apícola

Una reciente resolución de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación comunicó la creación del Programa Regional de Fortalecimiento para la Cadena Apícola.

Contará con $ 180 millones que serán distribuidos entre diferentes asociaciones de apicultores que están a su vez nucleados en la Sociedad Argentina de Apicultores (SADA), desde donde se había reclamado la asistencia estatal.

“Además de permitir la adquisición de bienes de capital, de nuevas tecnologías, mejoras en las condiciones edilicias de los establecimientos apícolas para exportar, y financiar capital de trabajo, tanto para atender aspectos productivos como comerciales, facilitará el acceso al mercado externo y promover el consumo del mercado interno, especialmente en el desarrollo de la Semana de la Miel”, precisaron.

El ABC Rural