Lily Hermosí de Oroño en la Escuela 5 “Centenario” donde ejerció la docencia y pudo sembrar la semilla de la concientización de la donación de órganos.
“Después que pasó el duelo pensé que esto debía tener una finalidad y no quedar solo en donar los órganos de Yanina”, señaló Lily Hermosi de Oroño a LA SEMANA, al recordar un hecho que marcó el futuro de su vida y la de su familia para siempre.
Hace pocos días se cumplieron 27 años del fallecimiento de Yanina, su hija que tenía tan solo 15 años, y tomaron la determinación de donar sus órganos, cumpliendo su deseo pues ella mismo había manifestado poco tiempo antes de su partida. “Si me pasa algo dono mis órganos”, le dijo Yanina a su abuela.
Al recordar este año donde la pandemia del Covid jugó en contra dijo: “En este año se complicó, pero la semilla ya estaba puesta en San Salvador, no solo en las escuelas, que es donde más se ha trabajado, sino también en la sociedad en general, porque lo que se hizo desde Educación trascendió a través distintas actividades. Este año no hicimos prácticamente nada, salvo algunas menciones por parte de los docentes que recordaron la fecha. Aspiramos para el año que viene hacer otras estrategias pedagógicas para que el tema no se corte.
Considero que los adultos tienen una opinión formada en relación a la donación de órganos y es en las nuevas generaciones donde debemos trabajar. Los chicos y adolescentes podrán llevar la palabra a su familia o preguntarán a sus padres lo que piensan del tema o lo charlarán porque esto debe trascender a la familia, expresó Lily Hermosí.
En tanto, recordó que “después que pasó el duelo pensé que esto debía tener una finalidad y no quedar en donar los órganos de Yanina. Para eso me preparé, hice cursos del INCUCAI. Me capacité desde lo pedagógico para hacer docencia en la donación de órganos. Creo que fuimos pioneros en el departamento San Salvador”. Lo que queríamos con Yanina es que su vida continuara en otras personas y sirviera para tomar conciencia y tener solidaridad, habida cuenta que la vida nos puede sorprender en cualquier momento, agregó.
“La donación de órganos es un tema que todos debemos hablar. Mi hija ya lo había manifestado con su abuela unos días antes de fallecer y cuando tomamos la decisión de sus órganos lo hicimos convencidos porque sabíamos lo que ella pensaba”, recordó Lily. “Tenía 15 años y estaba a favor de la donación de órganos. En esos años se hablaba muy poco de la donación de órganos. En ese tiempo había una propaganda del Ministerio de Salud, cosa que ahora no hay. Ella viendo esa publicidad dijo: “Si me pasa algo dono mis órganos”. Incluso su abuela, a quien se lo había manifestado le dijo: Tenés 15 años como vas a pensar en eso. Uno nunca sabe abuela, le contestó. A nosotros, mi marido y mi hija Daniela que ya tenía 18 años, cuando nos hablaron de la donación, lo tomamos con tranquilidad y jamás nos arrepentimos. Para nosotros fue un consuelo saber que ella dio vida. Justamente Fernando Rodríguez, a quien le donó el corazón, vivió 18 años con su corazón. Él también prolongó su vida porque tuvo dos hijos. Creo que algo de Yanina todavía sigue”, dijo con emoción.
En esto trabajamos mucho con Hugo Juannaz. Si bien yo me dediqué más a la pedagogía, Hugo me acompañó mucho buscando información, bibliografía o folletos, testimonios de otros trasplantados, que compartíamos. También nos acompañaba Bety como donante viva. Hicimos lindas cosas en San Salvador. También destaco el aporte del Dr. Brunner que participó de muchas charlas. Más de una vez vino gente del Cucaier, no con la participación deseada, pero sí fueron muy importantes. De Concordia vino el equipo de trasplantes con el Dr. Brugo y fueron cosas muy valiosas, relató.
En una oportunidad hicimos encuestas con los chicos de las escuelas y generalmente la gente tiene conocimiento de la donación de órganos, pero hay algunos mitos que no se han desterrado, entiende Lily Hermosi. “Hemos trabajado mucho en eso”, indicó.
Asimismo, Lily entiende que “los institutos de formación docente deberían trabajar en los futuros docentes este tema. Hace dos años fui a dar una charla por primera vez, y creo que es sumamente importante incorporar el tema de la donación de órganos”. Es importante que se formen en este aspecto para que puedan abordarlo después en el aula, apuntó.
Al momento de reflotar recuerdos de Yanina, su madre nos comentó que hace pocos días se cumplieron 32 años del trasplante de Hugo y Bety y de Yanina hace 27 años (el 19 de octubre) y creo que ella nos dejó un legado que lo tomé desde la docencia, trabajando este tema con los más chicos o los adolescentes. Es un legado que nos dejó porque tengo todo el apoyo de mi familia. Es una especie de misión que mientras pueda y desde Educación lo permitan lo voy a seguir haciendo porque siempre hay gente nueva y que desea informarse, apuntó.
“Es importante sensibilizar porque uno nunca sabe en que vereda nos colocará la vida. Si esperando un órgano o tomando la decisión de donar, que es la más difícil”, puntualizó. “Esto es importante que lo hablemos en la casa, porque si uno lo manifiesta en su familia nadie va a tener dudas, más allá que está la ley que determina que todos somos donantes”, aunque todavía se tiene en cuenta lo que piensa la familia.
Por último, rescató que es necesario estar informados, porque hacer un trasplante es sumamente complejo, donde intervienen 120 a 130 personas y hay que destruir mitos, y sobre todo sensibilizarnos y hablar en familia de este tema. Ahora uno lo puede dejar escrito en el documento o en el carnet de conducir. Es un trámite sencillo. Yo soy donante pero no lo puedo hacer porque tengo diabetes. Una donación puede salvar hasta siete vidas. Y en el caso de Yanina hubo cuatro milagros porque cuatro personas recibieron sus órganos. No fueron más porque no había personas compatibles en ese momento. Fue una bendición para otras familias y para nosotros fue y es una especie de consuelo saber que su vida sigue su camino más fuerte. Entrevista: Fernando Rodríguez / La Semana.